Como exploradora de extrarradio, Echevarria destaca como pionera. Sin embargo, la aventura tiene un aire de telefilm y presenta una calidad desigual: se muestra muy delicada con la infancia, pero demasiado intensa en su representación de la adolescencia.
James Norton ofrece una actuación tanto encantadora como impresionante en un peregrinaje que resuena con el clásico realismo social británico. Es un desafío que puede romperte el corazón.
Para grandes amantes del cine estomagante. De forma inteligente y necesariamente ambigua, Lafosse hace que nos retorzamos en nuestras butacas con preguntas incómodas.
Emociona la epopeya de la compleja amistad, que va profundizándose gracias a la magnética actuación de Luca Marinelli y a la fotografía de Ruben Impens, la cual convierte la montaña en un personaje más.
[Volpe] ha aprendido a rodar con lo puesto, transmitiendo esa energía arrolladora que nos arrastra hasta el final de una historia tan hermosa como desgarradora, y sobre todo, vibrante.
Gran decepción. No se acerca a 'La gran belleza'. En realidad, parece más una recopilación de material no utilizado, de escenas que no lograron encajar. Lo que antes era gloria, ahora se ha convertido en tristeza.
Absurdas aventuras. El director intenta replicar la fórmula y la magia de 'Mia y el león blanco' (2018), pero los paisajes no son tan convincentes, la trama carece de credibilidad y el humor resulta sonrojante.
Aunque la aventura capta nuestra atención, el humor característico se ha desvanecido, y la nostalgia por aquellas maravillosas miniaturas que sorprendieron al mundo nos invaden.
Un adorable cerdito que no para de soltar flatulencias incluso en los momentos más dramáticos. También hay momentos emotivos y guiños intergeneracionales a 'E.T, el extraterrestre'.
Un magnífico western chileno que apunta al Oscar, engrandecido por la fotografía pictórica de Simone D’Arcangelo y la partitura épica de Harry Allouche. Impecable.
Dos películas en una. Por un lado, un elegante y sobrio biopic; por otro, un artefacto sensible, inteligente e inclusivo, más cercano a un documental. Es una valiente celebración de la diversidad.
Construida con un montaje audaz y una fotografía que alterna el impresionismo con un realismo suave, esta obra se presenta como un conmovedor manifiesto feminista.
El filme presenta un academicismo pesado que contrasta fuertemente con la brillante irreverencia de los personajes, un problema que se ve intensificado por la falta de expresión de los protagonistas.
Lo más destacado de este film abrumador, con un ambiente proustiano, es su pertinente carga política, a pesar de que esto puede incomodar al propio Dumont.
Film áspero y radical, podría ser el mejor papel de Binoche. Es otro milagro en la carrera de un director que se muestra cada vez más abiertamente ascético.