Gran decepción. No se acerca a 'La gran belleza'. En realidad, parece más una recopilación de material no utilizado, de escenas que no lograron encajar. Lo que antes era gloria, ahora se ha convertido en tristeza.
Absurdas aventuras. El director intenta replicar la fórmula y la magia de 'Mia y el león blanco' (2018), pero los paisajes no son tan convincentes, la trama carece de credibilidad y el humor resulta sonrojante.
Aunque la aventura capta nuestra atención, el humor característico se ha desvanecido, y la nostalgia por aquellas maravillosas miniaturas que sorprendieron al mundo nos invaden.
Un adorable cerdito que no para de soltar flatulencias incluso en los momentos más dramáticos. También hay momentos emotivos y guiños intergeneracionales a 'E.T, el extraterrestre'.
Un magnífico western chileno que apunta al Oscar, engrandecido por la fotografía pictórica de Simone D’Arcangelo y la partitura épica de Harry Allouche. Impecable.
Dos películas en una. Por un lado, un elegante y sobrio biopic; por otro, un artefacto sensible, inteligente e inclusivo, más cercano a un documental. Es una valiente celebración de la diversidad.
El filme presenta un academicismo pesado que contrasta fuertemente con la brillante irreverencia de los personajes, un problema que se ve intensificado por la falta de expresión de los protagonistas.
Film áspero y radical, podría ser el mejor papel de Binoche. Es otro milagro en la carrera de un director que se muestra cada vez más abiertamente ascético.
Entretenimiento de primera clase, fundamentado en el talento inconmensurable de sus dos actrices principales, deja escaso poso. Proporciona un rato estupendo, pero cuesta volver a ella en el recuerdo.
Es una bacanal de principio a fin, no sólo la primera hora. Es la “fiesta del cine”, una exultante, descaradísima e hipervitaminada celebración de la gran pantalla.
La banda sonora carece de canciones memorables, el París de época se siente artificial y las jóvenes protagonistas pueden llegar a ser bastante irritantes. Sin embargo, es justo admitir que la película logra funcionar.
Un fiestón de serie Z, en modo Álex de la Iglesia inspirado. Ruiz Caldera vuelve a agitar la coctelera genérica y recupera el aroma aventurero de joyas como 'Ha llegado el águila'.
Cuenta con un conmovedor e impecable Sir Anthony Hopkins. Aunque es excesivamente clásica, casi carrinclona, con un aire que recuerda a lo que realmente es: un lujoso telefilme de la BBC, logra emocionarnos.
Una decepción proporcional a la duración del filme. Malick ha perdido el rumbo con esta hagiografía. Es una película que requiere mucha paciencia y ofrece muy poco a cambio.
Aunque no aporte grandes revelaciones cinéfilas y psicoanalíticas, brilla por su elegante discreción, por sus generosas dosis de un humanismo y por la inteligencia de un autor que, aun con su film más aletargado, nos recuerda que sigue siendo uno de los más interesantes realizadores galos.