Funciona bien como historia de superación, apoyada en los tópicos del género, trufada de momentos divertidos. 'Futbolín' se presenta como un sólido, aunque demasiado convencional, trabajo en equipo.
Las adopciones y los variados casos de doble maternidad se entrelazan inquietantemente en un thriller oscuro, que busca la redención de una mujer atormentada.
Mullan se atreve a explorar lo simbólico sin perder de vista el crudo perfil de un personaje muy creíble, a pesar de su radical ambivalencia. Con sutileza, logra esbozar un conmovedor retrato del complejo proceso de crecimiento en medio de las adversidades.
El tono resulta ser un reportaje de alto nivel, y Longoria también evoca el imaginario cinematográfico, logrando así un documento informativo y emocional que sirve como herramienta de concienciación y denuncia.
Es pasión y desgarro, intensidad emocional y atrevimiento, lo que le falta a este 'On the Road'. Es interesante en su narración, fastuosa en lo visual, pero resulta demasiado lineal.
No es poco atrevimiento debutar como director con la adaptación de una novela tan compleja. McGregor lo hace y sale bastante bien parado, eso sí, a base de prudencia.
Todo agitado, con destellos de brillantez y asomos al abismo del despropósito, con un Cusack excesivo y un McConaughey escabroso. El cine de Daniels sigue teniendo un punto de desafío atractivo, sea para deslumbrar o irritar.
Jolie describe el ancestral enfrentamiento de manera esquemática. Lo presenta con un pulso dramático y una tensión narrativa, aunque el final se siente algo deslavado, especialmente por los giros del guión, que a menudo parecen forzados.
La película presenta un desequilibrio en sus tonos. No obstante, es un acierto que Andrés Wood desafíe las convenciones del biopic al retratar a un personaje que puede ser arisco e incluso antipático, lo que a su vez lo hace fascinante.
Costa-Gavras rápidamente convierte al espectador en cómplice mediante frases brillantes cargadas de cinismo. Sin embargo, el guión resulta menos contundente, con una trama que es más entretenida que penetrante. Aún así, 'El Capital' cumple bien su función como catarsis para expresar el malestar del público frente a la realidad actual.
Más preocupado por el lujoso diseño de producción, los guiños al espectador y la necesidad de un nido familiar para Gekko, Oliver Stone se queda en un entretenimiento inofensivo.
Una película que, entre el azúcar y la acidez, opta más bien por lo segundo. No es negra, pero sí picante, y aunque sus recursos se repiten en exceso y parece agotarse, tiene bien asegurado el buen regusto final.
Un poderoso drama personal revestido de violencia, desesperación y descontrol, que cuenta con una puesta en escena apasionante, convirtiéndose en el verdadero protagonista.
Aunque en ocasiones se perciben sus imperfecciones, es una película que logra ser tanto simple como emotiva, logrando mantener al espectador tenso gracias a un emocionante desarrollo que va en aumento.