Sus puntos álgidos son solo intermitentes, debido a las particularidades de la dirección de la película y a la deferencia de la misma hacia las convenciones del género bio-pic.
'Cry Macho' muestra una ironía notable; Eastwood utiliza una combinación de absurdo y melodrama para evocar tormentos ocultos junto a gloriosas realizaciones, resaltando las duras luchas que dan lugar a la sabiduría.
[Kogonada] compone diálogos cuidadosos, extravagantes y que fluyen libremente. Pocas actuaciones —y pocas películas— brillan tanto como el fuego preciado del genio precoz.
A pesar de las virtuosas intenciones de Fleischner, su mirada superficial sobre ciertas cuestiones políticas se ve socavada por un enfoque sensiblero, lo que hace que el panorama se desvíe hacia la caricatura.
Captura la emoción y el asombro que surge de los elementos fantásticos de la historia. El guion resta fuerza a los detalles más agudos y elimina los aspectos más característicos de la novela.
Eastwood es uno de los cineastas políticos más grandes. En 'The Mule' revela sus propias cicatrices y defectos (...) Es una película vigorosa acerca de sobrevivir viejas creencias, mirándolas con tristeza.
Artistas cinematográficos ejemplares. Las imágenes son apasionadas y atractivas, tan profundas y bellas como la compleja música que las acompaña con una notable perspicacia.
La principal distinción de la película es la decisión idiosincrática de Lemercier de interpretar a Aline a todas las edades; la película, afortunadamente, nunca se desprende de esa sensación de peculiaridad casera.