Ver a Farrell y Gleeson es como si McDonagh los hubiera madurado como quesos curados en cuevas, hasta que sus cortezas se han espeso y los olores se han complejizado lo suficiente para hacer justicia a este guion.
'Bienvenidos al fin del mundo' es un cierre adecuado para la trilogía: es en ocasiones grotesca, emotiva y abiertamente divertida, logrando fusionar estas tres características en muchas de sus escenas.
Transportadora y profunda, 'The Lost City of Z' es un clásico instantáneo. En su contexto, es una de las más precisas y abrumadoras expresiones de la paternidad que he visto nunca en el cine.
El tono es nostálgico y, a la vez, sentimental. La exquisita animación artesanal capta la luz del sol invernal, mostrando una calidez plateada que resulta inalcanzable en una película de acción real.
Ford lo da todo, pero mientras las tres películas originales eran apasionantes, esta quinta entrega carece de chispa. La acción se siente genérica y está escenificada de manera torpe.
Un brillante viaje sin sentido. Adan Jodorowsky apoya de forma atractiva las ideas presentadas, creando una experiencia visual única que invita a la reflexión.