'Bienvenidos al fin del mundo' es un cierre adecuado para la trilogía: es en ocasiones grotesca, emotiva y abiertamente divertida, logrando fusionar estas tres características en muchas de sus escenas.
Un musical divino lleno de canciones y emociones, con coreografías divertidas y una serie de números de soul, R&B y gospel que te harán bailar en tu asiento.
Transportadora y profunda, 'The Lost City of Z' es un clásico instantáneo. En su contexto, es una de las más precisas y abrumadoras expresiones de la paternidad que he visto nunca en el cine.
Quiere transmitir algo, pero lo único que despierta es indiferencia. Sus variaciones solo consiguen debilitar su simplicidad original y neutralizar su impacto emocional.
'Frantz' es el trabajo de un granuja, pero un granuja en un estado mental inusualmente reflexivo. Incluso con sus misterios resueltos, te sigue enganchando.
No es 'Gosford Park', pero tampoco se limita a ser solo un programa de televisión presentado en la pantalla grande. A diferencia de la película anterior de 'Downton', esta sí posee un valor cinematográfico notable.
El tono es nostálgico y, a la vez, sentimental. La exquisita animación artesanal capta la luz del sol invernal, mostrando una calidez plateada que resulta inalcanzable en una película de acción real.
Ford lo da todo, pero mientras las tres películas originales eran apasionantes, esta quinta entrega carece de chispa. La acción se siente genérica y está escenificada de manera torpe.