La película es intrigante y mantiene al espectador en vilo, aunque no intenta engañarnos en ningún momento. Las actuaciones son especialmente destacables y aportan un gran disfrute a la experiencia.
Es una rareza: una comedia que entiende que el sentido del humor y la rabia pueden coexistir. Parece que, después de todo, el Reino Unido aún mantiene la capacidad de crear películas como esta.
La película desperdicia a sus dos elencos, transicionando torpemente de una escena a otra. Se siente como si estuviera construida en un estado de confusión.
Richard Dormer destaca con su carisma en el papel principal, mientras que el guion de Colin Carberry y Glenn Patterson ofrece a Hooley varias frases ingeniosas.
La total falta de filtro de 'Love Lies Bleeding' es su mayor virtud. Ardiente, sucia y con una mala reputación que la hace apetecible, es cine sin nada que perder.
Para este cineasta, que suele ser discreto, es una locura fuera de lo común, y se asemeja a una de las primeras películas de Steven Spielberg con un ataque de nervios.
Se percibe un nuevo brote cinematográfico en la trayectoria de la serie, como si sus ambiciones visuales fueran repentinamente capaces de estar a la altura de sus efectos narrativos.
Warchus es director de teatro de profesión, y 'Pride' vibra con la misma energía y el mismo estímulo que una gran obra sobre el escenario. Busca los aplausos, y se los gana.
Aunque la inclinación de Miranda hacia lo teatral puede parecer algo repetitiva en ciertos instantes, también refleja la intensa determinación de su protagonista.