Quiere transmitir algo, pero lo único que despierta es indiferencia. Sus variaciones solo consiguen debilitar su simplicidad original y neutralizar su impacto emocional.
El tono es nostálgico y, a la vez, sentimental. La exquisita animación artesanal capta la luz del sol invernal, mostrando una calidez plateada que resulta inalcanzable en una película de acción real.
Ford lo da todo, pero mientras las tres películas originales eran apasionantes, esta quinta entrega carece de chispa. La acción se siente genérica y está escenificada de manera torpe.
Un brillante viaje sin sentido. Adan Jodorowsky apoya de forma atractiva las ideas presentadas, creando una experiencia visual única que invita a la reflexión.
Una comedia monárquica burbujeante y atolondradamente nostálgica. Si Enid Blyton hubiera escrito una secuela de 'The King's Speech', podría haber sido como 'A Royal's Night Out'.
La película es intrigante y mantiene al espectador en vilo, aunque no intenta engañarnos en ningún momento. Las actuaciones son especialmente destacables y aportan un gran disfrute a la experiencia.
Es una rareza: una comedia que entiende que el sentido del humor y la rabia pueden coexistir. Parece que, después de todo, el Reino Unido aún mantiene la capacidad de crear películas como esta.