Es tan ridícula en sus 'golpes' como cualquier comedia para mayores de 18 que se te ocurra. Pero al menos Paul Blart y los otros personajes del film no necesitan usar la palabra 'joder' en cada frase.
La película ofrece una experiencia agradable. Las jóvenes actrices, por fin, reflejan su edad y poseen un encanto natural. Aunque no logra captar por completo la atención, visualmente es atractiva. El desarrollo de la trama es predecible.
Una entretenida película familiar, que puede que tenga un propósito útil si inspira a los chicos a derrocar a sus entrenadores y tomar el control de sus propios deportes.
El punto de partida es prometedor, pero de algún modo la película nunca despega. Todo es muy agradable, a ratos sonreímos, pero nada resulta convincente.
Caine actúa con firmeza y trata a los Muppets como si fueran reales. No es una tarea fácil, pero logra integrar a los Muppets en la acción de manera convincente.
Una película de gran aspecto visual, un triunfo del diseño de escenarios y de los efectos especiales, que crean un mundo de fantasía a medio camino entre una zona residencial y un dibujo prehistórico.
La película presenta gags que podrían haber sido efectivos en los dibujos animados de Baby Herman. Sin embargo, al trasladarse a la acción real, con taxis, autobuses y calles auténticas, además de un bebé verdadero, la diversión no se materializa.
Una excursión entre diversas versiones del pasado y del futuro tan complejas que los personajes se ven en la necesidad de explicarse constantemente entre sí. A pesar de esto, la película resulta divertida, precisamente por su retorcida trama.
Intenta contar una historia conmovedora a través de una serie de escenas incómodas y desagradables; es un tira y afloja entre sus ambiciones y sus métodos
Los dos actores transmiten una conexión tan profunda con sus personajes que la película se transforma en una de las historias de amor más conmovedoras de 1984.