Tiene una trama de Identikit, compuesta de piezas estándar. Incluso los decorados parecen genéricos; no hay nada de la majestuosidad de la genuinamente inspirada película de perros de Disney, 'Colmillo Blanco'.
Lo que más sorprende de esta película es la entrega absoluta de Spielberg hacia su relato. Está magistralmente interpretada, escrita y dirigida, lo que la convierte en una obra digna de ser vista.
No es mala. De hecho, es sorprendentemente entretenida, con una dulzura encantadora en lugar de la típica determinación que suelen tener las películas deportivas.
La película mantiene su interés gracias a una narrativa cautivadora. Spielberg demuestra ser un excelente narrador con una historia intrigante. Sin embargo, a pesar de sus elementos atractivos, el filme se siente como si no tuviera una dirección clara en su desarrollo.
La película presenta un trasfondo serio y se centra esencialmente en un estudio de personajes. Es un retrato de dos periodistas freelance desgastados que luchan por mantener la cabeza fuera del agua. La esencia del film es realmente fascinante.
Bajo esta película bastante tonta, poco inspirada e incluso burda, subyace una historia real de una fuerza tan convincente que nos obliga a pensar y a responder.
Eisenstein creía que el montaje debía surgir del ritmo, en lugar de la narrativa. 'Potemkin' no puede sostenerse por sí misma, su fuerza radica en la situación social en la que es percibida.