Intenta contar una historia conmovedora a través de una serie de escenas incómodas y desagradables; es un tira y afloja entre sus ambiciones y sus métodos
Me absorbió completamente de principio a fin. Un debut tremendamente valiente, una película que evita los estereotipos y cuenta una historia discreta, firme y muy humanista.
Una película de gran aspecto visual, un triunfo del diseño de escenarios y de los efectos especiales, que crean un mundo de fantasía a medio camino entre una zona residencial y un dibujo prehistórico.
La película presenta gags que podrían haber sido efectivos en los dibujos animados de Baby Herman. Sin embargo, al trasladarse a la acción real, con taxis, autobuses y calles auténticas, además de un bebé verdadero, la diversión no se materializa.
Una película que queda opacada por otras similares como 'E.T.' y 'Wargames'. Sería interesante ver a No.5 en un proyecto que realmente aproveche su potencial.
Los dos actores transmiten una conexión tan profunda con sus personajes que la película se transforma en una de las historias de amor más conmovedoras de 1984.
Tenían una gran idea. Lástima que no la hayan llevado a cabo a un nivel humano, en lugar de hacerla parecer inventada, artificial y doblemente alejada de la experiencia cotidiana de la que pretende tratar.
La organización Disney se desmerece al intentar crear 'entretenimiento familiar', pero brilla cuando se adentra en la fantasía pura, simple y encantadora.
Lo más notable de '¡Qué bello es vivir!' es lo bien que se mantiene a través de los años: es una de esas películas atemporales, como 'Casablanca' o 'El tercer hombre', que mejoran con el tiempo.