Aunque el desenlace deja mucho que desear, la travesía por las Highlands es emocionante y la actuación de Oakley-Green logra equilibrar la experiencia.
El mejor halago que se puede ofrecer a un thriller jurídico como este es que, con un episodio todavía por delante, no puedo adivinar con certeza la conclusión del caso y al mismo tiempo siento una gran curiosidad por descubrirlo.
Es más que un drama histórico bien presentado, ya que ofrece tres perspectivas diferentes para transformarlo en una profunda reflexión sobre la vida y la muerte.
A pesar de la acción intensa y los disparos, la película se toma un momento para explorar los profundos lazos familiares, añadiendo así un nivel emocional en medio del caos.
La película, centrada en tres personajes que luchan por mantener su cordura, sufre debido a una estructura narrativa que se aparta con frecuencia de la línea argumental principal.