Directa y efectiva, lo que se muestra en pantalla es tan intenso que logra conmover hasta el corazón más duro. Por fin tenemos una película de ficción que presenta a un gran héroe español.
La vida de Priscilla Presley narrada por Sofia Coppola es un recorrido de liberación y empoderamiento, un retrato que se enfoca en aspectos de la historia que rara vez se cuentan de manera adecuada.
Apadrinada por Guillermo del Toro, este cóctel de sangre, nostalgia y un toque de denuncia resulta ser una opción refrescante para este caluroso verano.
Un maravilloso casting de ‘renglones torcidos’, sobre los que gobierna una Lennie con su aristocrático porte. Trepidante y elegante ejercicio de trilerismo narrativo.
Una comedia familiar sorprendentemente amable. Clint Eastwood, como siempre, sigue narrando historias con una naturalidad asombrosa. Se presenta un Eastwood tierno, más como un pollito que como un gallo de pelea.
Una nueva visión triunfante del mundo de la música. Una especie de fast food cinematográfico, con la misma historia de duros inicios, no logra conectarte lo suficiente como para que la tararees.
Con Clint se hace la magia: solo él es capaz de mezclar con una facilidad pasmosa géneros tan alejados como el judicial, el melodrama, el panfleto y, pásmense, la comedia.
Bergman, al igual que Chaplin, logra divertir y emocionar al espectador. Rebosante de sensibilidad, evita caer en lo excesivamente sentimental. En esencia, se trata de una historia que aborda temas de aceptación, empatía y solidaridad.
Fía todo su atractivo al poder de los hechos y la interpretación de sus actores para remover conciencias. Es un tanto maniquea, pero no deja de ser valioso que el cine sirva para hacernos ver el mundo desde la perspectiva de los silenciados.
Película árida, con su toque justo de acción y espectáculo, que tiene sus pilares en los diálogos, y en las variaciones narrativas mínimas que conforman los diferentes puntos de vista de una misma historia.
Una historia convencional con hechuras de telefilme, sin mayor aliciente que la capacidad vocal de Marisa Abela. 'Back to Black' no hace justicia ni al talento ni a la personalidad de la biografiada.
Lo mejor del documental es que centra su atención en la capacidad que tenía McQueen para idear espectáculos fantasiosos en su presentación de las colecciones. Lo peor es que a ratos se concentra demasiado en la moda.
Unos elegantes títulos de crédito, unos entrantes de humor negrísimo typical Spanish; antesala de un primer plato con una producción sensiblemente mejor rodada que la original.