Se puede criticar la falta de ritmo y la escasa profundización del argumento más allá de un inicio prometedor. Sin embargo, es innegable que el filme provoca reflexiones profundas en el espectador.
Los retoques son mínimos. La animación es en 3D, pero conserva la esencia del 2D, reflejando la ingenuidad de aquel entonces. En esos tiempos, no solo triunfaban los buenos, sino que también se apoyaban mutuamente.
La planificación de las constantes escenas de acción es realmente destacable, un logro técnico que coloca a la animación española en un lugar prominente.
La película presenta una excelente fotografía y logra incorporar elementos de realismo mágico al estilo azerbayanés. Sin embargo, su ritmo narrativo se siente restringido y pierde fuerza, lo que provoca que la historia caiga en episodios algo aburridos.
El gran mérito del filme está en no caer nunca en lo sentimentaloide. Ciertos desequilibrios cómicos, que fuerzan demasiado el juego de la confusión, le restan, pero gana con mucho la invocación a la vida.
Toda la película desprende la sensación de ser un rondito vistoso con mucho pase preciosista pero falto de gol. no consigue ir más allá de la feelgoood movie, lo cual es suficiente.
Inane. Pulcramente filmado, correctamente interpretado, y con una apología no agresiva del glamour ‘teen'. En suma, una versión light de ‘Sexo en Nueva York II'.
Rebollo regresa con una celebración del goce de contar historias en cualquier formato y situación. Esta es la única postura vital posible, ya que, como se repite en el filme, "la tristeza es inútil".
Innegablemente valiente y políticamente incorrecta, tiene el mérito de plantear un debate candente en un momento crítico. Eso es más de lo que pueden decir la mayor parte de películas europeas contemporáneas.
Una emocionante nueva experiencia en la que Shin chan, al estilo de Harrison Ford, no se separa de su látigo y sombrero, ofreciendo uno de los momentos más conmovedores sobre la familia Nohara.
El uso de momentos musicales para delinear los actos del filme, así como las metáforas folklóricas, pueden parecer un poco tradicionales. Sin embargo, pocas actrices logran transmitir emociones de la manera en que lo hace Ebrahimi.
Almodóvar, como observador y narrador de la vida cotidiana de las mujeres en España, se sumerge en un profundo y conmovedor retrato del hogar. Esta vez, su dedicación a los interiores revela una belleza única que resuena en cada escena. Su universo femenino nunca ha estado tan presente.
Un ejercicio blanqueador. Lo hace durante tres de los cuatro episodios, destinados a mostrar las luces y no las sombras del biografiado. El argumento principal que lo justifica todo en todos los capítulos: Papá Pujol estaba tan preocupado por todos nosotros, sus hijos adoptivos, que se dejó llevar por malas compañías.
El mejor true crime realizado en España. Con impresionantes imágenes de archivo, material gráfico y entrevistas detalladas, mantiene al espectador cautivado y ansioso por descubrir más sobre este intrigante caso.