Lo mejor del documental es que centra su atención en la capacidad que tenía McQueen para idear espectáculos fantasiosos en su presentación de las colecciones. Lo peor es que a ratos se concentra demasiado en la moda.
Unos elegantes títulos de crédito, unos entrantes de humor negrísimo typical Spanish; antesala de un primer plato con una producción sensiblemente mejor rodada que la original.
Se puede criticar la falta de ritmo y la escasa profundización del argumento más allá de un inicio prometedor. Sin embargo, es innegable que el filme provoca reflexiones profundas en el espectador.
Los retoques son mínimos. La animación es en 3D, pero conserva la esencia del 2D, reflejando la ingenuidad de aquel entonces. En esos tiempos, no solo triunfaban los buenos, sino que también se apoyaban mutuamente.
La planificación de las constantes escenas de acción es realmente destacable, un logro técnico que coloca a la animación española en un lugar prominente.
La película presenta una excelente fotografía y logra incorporar elementos de realismo mágico al estilo azerbayanés. Sin embargo, su ritmo narrativo se siente restringido y pierde fuerza, lo que provoca que la historia caiga en episodios algo aburridos.
El gran mérito del filme está en no caer nunca en lo sentimentaloide. Ciertos desequilibrios cómicos, que fuerzan demasiado el juego de la confusión, le restan, pero gana con mucho la invocación a la vida.
Toda la película desprende la sensación de ser un rondito vistoso con mucho pase preciosista pero falto de gol. no consigue ir más allá de la feelgoood movie, lo cual es suficiente.
Ismael nos importa poco, y menos aún Iván, el personaje interpretado por Louis Garrel. Son las mujeres y su innegable encanto quienes sostienen un filme en el que, tal vez, Desplechin se ha excedido.
Inane. Pulcramente filmado, correctamente interpretado, y con una apología no agresiva del glamour ‘teen'. En suma, una versión light de ‘Sexo en Nueva York II'.
Es una reinterpretación de las sagas de Bond y 'Misión Imposible'. Bay demuestra una notable pasión por el gore, la sangre y las vísceras, algo que no habíamos visto hasta ahora. Ha regresado el maestro del cine de acción desmedido. Larga vida al rey.
Rebollo regresa con una celebración del goce de contar historias en cualquier formato y situación. Esta es la única postura vital posible, ya que, como se repite en el filme, "la tristeza es inútil".
Innegablemente valiente y políticamente incorrecta, tiene el mérito de plantear un debate candente en un momento crítico. Eso es más de lo que pueden decir la mayor parte de películas europeas contemporáneas.