Si la saga hasta ahora se ha centrado en entender quiénes somos, esta cuarta entrega, a diferencia de muchas películas infantiles superficiales, reconoce que no existe un "fueron felices para siempre".
Lo que enseña 'La era del hielo: choque de mundos' es que las buenas ideas son frágiles y siempre serán susceptibles de romperse, si a la lógica ambición por seguir ganando dinero con una franquicia.
Lo mejor de 'Misión Rescate' es el tono que se emplea para narrar la historia, gracias en gran medida al carisma de Damon. Además, si consideramos la habitual calidad visual de las producciones de Scott, estamos ante una de las mejores películas de ciencia ficción que veremos este año.
A pesar de que 'Grandes héroes' no alcanza la calidad de 'Los increíbles', ni su narrativa escapa del clásico esquema de “héroe contra villano”, es necesario reconocer a Disney por su valentía al continuar buscando nuevas maneras de conectar con la adolescencia actual.
El buen cine "para niños", aquel que nos rescata del tedio, la monotonía y los chistes malos, se encuentra en la asombrosa belleza visual y la ternura bien lograda de una película como 'Boxtrolls'.
Tenían razón quienes advirtieron que adaptar un libro tan corto como 'El hobbit' en tres películas es un disparate. El resultado es una paradoja cinematográfica: una película repleta de acción vertiginosa, pero con un ritmo narrativo pausado que parece no tener fin.
Tom McCarthy, el sensible director y guionista, nos narra durante dos horas sin apresurarse, pero con un pulso firme y actuaciones sobresalientes. McCarthy consigue que todo su reparto brinde grandes interpretaciones.
Una historia de personajes particulares, entrañables por su singularidad. Los buenos guiones son aquellos que nos hacen pensar que los hemos escrito nosotros mismos en la mente antes de que se desarrollen frente a nuestros ojos.
Lo primero que se debe destacar en esta agradable comedia familiar francesa es que el director Eric Lartigau consigue armonizar todos los escenarios, con un correcto manejo del tiempo narrativo y la edición, para que el espectador nunca se sienta abrumado.
La película presenta varios elementos que la convierten en una obra cautivadora. Sin embargo, como sucede con muchas biografías, al intentar cubrir más de un instante particular en la vida de una persona, se diluye en generalidades superfluas.
En tiempos de youtubers que fingen espontaneidad, Bradley Cooper nos recuerda que incluso relatos ya conocidos vuelven a hablarnos al oído, cuando se narran con el corazón en la mano.
El director nunca logra establecer un ritmo adecuado; mientras que el inicio se siente torpe, lento y distante, el desenlace recurre al melodrama en una película que, a pesar de entretener, avanza con el freno de mano puesto, lo que limita su disfrute total.
'El irlandés' es como presenciar un concierto de cámara, donde un trío de intérpretes se encuentra en la cima de sus carreras. La obra les permite a cada uno tener un momento destacado, pero brilla especialmente cuando todos tocan en armonía.
La misma levedad en el tratamiento de sus temas que la perjudica a la hora de pensar en 'Juventud' como en un drama poderoso, es también la que la hace tan agradable de ver, como una de esas conversaciones donde se habla de todo y no se concluye nada.
Los primeros minutos parecen elaborados por una agencia de viajes. Sin embargo, en el momento en que la directora se enfoca en sus personajes, la historia logra encontrar su verdadero centro narrativo.