Una historia cuyo único defecto verdadero es no ser perfecta. La imperfección puede ser incluso una virtud cuando la trama se centra en esa época chueca de la vida que llamamos adolescencia.
Si la saga hasta ahora se ha centrado en entender quiénes somos, esta cuarta entrega, a diferencia de muchas películas infantiles superficiales, reconoce que no existe un "fueron felices para siempre".
Una aventura extraordinaria, dibujada con una exuberancia visual espléndida, que lo mismo asombra con las texturas que recrean el mar, como con el ingenio a la hora de crear personajes únicos.
Lo que enseña 'La era del hielo: choque de mundos' es que las buenas ideas son frágiles y siempre serán susceptibles de romperse, si a la lógica ambición por seguir ganando dinero con una franquicia.
Lo mejor de 'Misión Rescate' es el tono que se emplea para narrar la historia, gracias en gran medida al carisma de Damon. Además, si consideramos la habitual calidad visual de las producciones de Scott, estamos ante una de las mejores películas de ciencia ficción que veremos este año.
No logra 'la era de Ultrón' estar a la altura de su predecesora, porque al final es muy fuerte la sensación de que no vimos una película sino un capítulo de una serie que podríamos llamar “la era Marvel”.
A pesar de que 'Grandes héroes' no alcanza la calidad de 'Los increíbles', ni su narrativa escapa del clásico esquema de “héroe contra villano”, es necesario reconocer a Disney por su valentía al continuar buscando nuevas maneras de conectar con la adolescencia actual.
El buen cine "para niños", aquel que nos rescata del tedio, la monotonía y los chistes malos, se encuentra en la asombrosa belleza visual y la ternura bien lograda de una película como 'Boxtrolls'.
Tenían razón quienes advirtieron que adaptar un libro tan corto como 'El hobbit' en tres películas es un disparate. El resultado es una paradoja cinematográfica: una película repleta de acción vertiginosa, pero con un ritmo narrativo pausado que parece no tener fin.
Tom McCarthy, el sensible director y guionista, nos narra durante dos horas sin apresurarse, pero con un pulso firme y actuaciones sobresalientes. McCarthy consigue que todo su reparto brinde grandes interpretaciones.
Una historia de personajes particulares, entrañables por su singularidad. Los buenos guiones son aquellos que nos hacen pensar que los hemos escrito nosotros mismos en la mente antes de que se desarrollen frente a nuestros ojos.
Lo primero que se debe destacar en esta agradable comedia familiar francesa es que el director Eric Lartigau consigue armonizar todos los escenarios, con un correcto manejo del tiempo narrativo y la edición, para que el espectador nunca se sienta abrumado.
Una película reflexiva, bellamente filmada. Abderrahmane Sissako, su director, ha logrado realizar una denuncia sin que su propuesta caiga en el marasmo del panfleto.
La película presenta varios elementos que la convierten en una obra cautivadora. Sin embargo, como sucede con muchas biografías, al intentar cubrir más de un instante particular en la vida de una persona, se diluye en generalidades superfluas.
En tiempos de youtubers que fingen espontaneidad, Bradley Cooper nos recuerda que incluso relatos ya conocidos vuelven a hablarnos al oído, cuando se narran con el corazón en la mano.