La sensiblería y la tentación de los golpes de efecto melodramáticos podían suscitarse en cualquier momento. Pero ningún cliché vulgar aparece en esta sutil, atemporal y conmovedora crónica existencial de Heller.
El contenido psicológico se reduce a acciones evidentes, diálogos clichés y gestos típicos del café-teatro. La posibilidad de un cine peruano que sea popular, inteligente e imaginativo sigue lejos de la pantalla grande.
La coherencia en el planteamiento del filme es sólida. Pocas veces una película de animación ha ofrecido un diagnóstico tan contundente de su sociedad.
Es lograda desde su clasicismo que va de menos a más, desde su tono de comedia ligera, aunque muy inteligente a la hora de proponer un juego de identidades, oposiciones y diferencias.
Se trata de un retrato inspirado de la amargura que Holiday sobrellevó con una extraña vitalidad, fuerza y dignidad en medio de su progresiva debacle. Una película imperfecta, pero que merece verse.
El guion de Goldman, una escritora especializada en películas de acción o de superhéroes, termina llevando a Burton por territorios previsibles y que se agotan en un despliegue de efectos especiales y en un espectáculo más de Hollywood, uno que ya no es propiamente “burtoniano”.
Todo tiene un correlato psicológico, social y cultural, de una rigurosidad y fuerza poética que ya quisieran tener la mayoría de producciones de su tipo.
Con un trabajo de cámaras asombroso, el documental de Sergei Loznitsa revive la estética soviética con las pompas fúnebres del dictador ruso en el centro y, como si fuera una máquina del tiempo, permite ver la manifestación de una sociedad tan siniestra y enloquecida como la Alemania nazi.
No deja de ser un cine divertido e incisivo, de una arquitectura narrativa delicada, de una cinefilia elegantemente homenajeada. No todos los días se ven filmes así.
Haynes se muestra como un cineasta menos recargado y más austero. 'Carol' aborda una faceta poco explorada del cine estadounidense, donde figuras como James Gray, P. T. Anderson, Tarantino y Todd Haynes contribuyen a su confirmación.
Es verdad que el filme entretiene y, a la vez, señala los poderes que hacen peligrar los valores democráticos de EEUU. Sin embargo, el conjunto termina por ser algo ingenuo complaciente.