Una película mejor y menos tópica que 'La Bamba', con bastante más en su mente, y sus puntos fuertes pueden allanar el camino a historias más complejas y exigentes de la experiencia latina para todos los públicos.
Es un desastre a casi todos los niveles. La dirección de Steve Miner intenta la farsa, falla; se lanza desesperadamente a la comedia, falla, y se conforma con un sentimentalismo de comedia de situación.
Una propuesta memorable que quizás sea la primera película que retrata la adolescencia en Norteamérica de manera auténtica, capturando hasta el último y sutil matiz.
Stoltz está simplemente asombroso en la variedad, el humor y la absoluta falta de autocompasión con el que dibuja a Rocky, cuyo espíritu ruge mucho más allá de su cuerpo.
Elegante pero distante. Presenta una gran actuación de Albert Finney en el papel de Leo. Sus distracciones no son suficientes para derretir su frío corazón.
Está claro que es lo mejor de la carrera de Mazursky. Pero es algo más, el brillante encaje de las intenciones de un escritor y el maduro oficio de un cineasta.
La fascinante película de Terence Davies, 'Distant Voices, Still Lives' se convierte en su propio tipo de poesía: tensa, referencial, introspectiva, brillante.
Se sostiene gracias a la brillantez de Hurt y la fascinación de Whalley-Kilmer, así como a la socarrona y deslenguada vileza de la Mandy Rice-Davies de Bridget Fonda.
Muchos pensarán que es un auténtico film 'noir', pero incluso tratándose de ese género, su débil argumento (y nuestra voluntad de seguirlo hasta el final) se agotan con facilidad.