Dramé proyecta una confianza inquietante en su primer papel. Exarchopolous refleja perfectamente los demonios internos de su personaje, mostrando su ira creciente por las decisiones erróneas a través de su expresión y lenguaje corporal.
La obra invita a los espectadores a reflexionar sobre los personajes, su lugar en el mundo y sus complejas emociones, que navegan en esta existencia liminal entre su pasado y el futuro que les espera.