MacKay está apagado; su personaje es objeto de burla por su carácter reservado, cualidad que comparte con la película. Niewöhner ofrece la interpretación más chispeante.
La actuación de Brichta presenta un matiz de manía, dando vida a un enérgico payaso que combina la alegría y la tristeza de manera fascinante, aunque en ocasiones puede resultar agotador.
El documental es muy positivo. Poehler, una talentosa comediante, no presenta su propia voz en la película, pero logra transmitir su perspectiva feminista de manera efectiva.
Esta encantadora comedia romántica se alimenta de la conexión entre los personajes principales. Los instantes tiernos están equilibrados con un humor mordaz que también toca lo escatológico.
Un drama denso. Los recuerdos de los inicios de su matrimonio en los años 50 aportan información, pero hacen que la narrativa avance aún más lentamente.