Sus personajes animados son los mismos a los que estamos habituados, figuras de cuento de ojos grandes y caras inexpresivas. Pero son un poco más complejos psicológicamente que sus precursores de Disney.
'La caza' no sabe cuándo detenerse. El epílogo es breve e insatisfactorio, y aunque el momento final es impactante, no logra justificar su presencia en la historia.
La mejor manera de disfrutar de 'The Kings of Summer' es verla como una simpática fantasía cómica. Los cineastas logran captar la esencia de la adolescencia, aportando una visión destartalada, banal y despreocupada de la juventud.
En muchos sentidos, es escabrosa y enfermiza. Pero su fascinante conjunto de interpretaciones le brindan una intensidad emocional que compensa sus limitaciones.
Agradable brizna de comedia romántica. Aunque sea pequeña, al menos no resulta condescendiente ni artificial como otras producciones destinadas a su audiencia. Su humor es burbujeante y su música, dulcemente animosa.
Con más agudeza que ninguna otra película anterior, da expresión cinematográfica a los valores temperamentales y desafiantemente nihilistas que enciende el 'gangsta rap'.
Tiene reflexiones potentes, aunque toscas, sobre los confusos efectos de la violencia televisiva. Lo que le da una escalofriante autenticidad es la espeluznante interpretación de Arno Frisch como protagonista.
Lo que muestra esta película amable y conmovedora es a un grupo de seres humanos trabajadores que viven sus vidas y experimentan las mismas presiones familiares y de grupo que se aplican a la gente en todas partes.