Puedes pensar en 'Capone' como una especie de 'The Irishman' reimaginada por David Lynch, o como 'Scarface' filmada por el Stanley Kubrick de 'The Shining'. Es alocada y caótica, pero también realmente entretenida.
El enfoque puede ser frustrante, pero tiene una elegancia y una riqueza que la sostienen incluso cuando está tan enamorada de sus ideas que sus emociones parecen una ocurrencia tardía.
'Mal de pierres' es una película hermosa, bien hecha y sutil, a pesar de abordar emociones intensas y difíciles. La actuación de Cotillard es realmente conmovedora.
Se eleva por encima de los biopics estándares gracias a una impresionante actuación de Tom Hiddleston. Aunque la narrativa se siente auténtica, seguramente cualquier amante de la música preferiría ver más actuaciones musicales y menos concentrarse en las disputas matrimoniales.
No está preocupada en dispensar lecciones sobre el empoderamiento femenino. Oldroyd más bien se regodea en unos personajes oscuros, conflictivos y magníficamente contradictorios actuando de maneras gloriosamente retorcidas.
Realmente, es una película ideal para disfrutar en una sala repleta de personas que conozcan todas las letras de 'I Love Rocky Road'. Si alguna vez has deseado ver a Daniel Radcliffe sin camiseta durante la mayor parte del tiempo, esta película es para ti.
El interés en los personajes no decae, gracias a Mortensen y a Ali y a un director interesado en contar, de manera honesta y eficiente, una historia que merece la pena ver.
El desgarrador documental sobre Sinead O'Connor es tristemente oportuno. Kathryn Ferguson pinta un potente retrato del auge y la caída inicial de O'Connor, pero deja fuera su larga y peculiar segunda etapa.
Hábil y seria, pulida y brutal, es una historia de la Guerra Fría en la que ningún bando sale bien parado. Hace que 'Squid Game' parezca un juego de niños.
Este nuevo 'Sergio' no es tan brillante o poderoso como el trabajo de Barker en el territorio de la no ficción, pero lo intenta y encuentra su propio lirismo por el camino.
Aunque hay mucha celebración en 'I Am Everything', es más texturizada y conflictiva que eso: es un documental que ama a su protagonista, sin negar sus complejas contradicciones.