'Civil War' elevó los conflictos de Spider-Man a un nivel grandioso, entretenido y emocionante. Por su parte, 'Homecoming' los convierte en una experiencia más personal.
A veces las actuaciones son increíblemente malas, aunque el guion tampoco exige mucho de los actores. Sin embargo, logra cumplir con lo que se propone.
Conserva los magníficos y detallados efectos visuales y esa hilarante franqueza tonal, pero pierde gran parte del atractivo misterio y la urgencia de las situaciones de vida o muerte.
Es difícil no apreciar la cantidad de trabajo que hay detrás de este sueño febril y la eficacia de los directores a la hora de crear mundos de fantasía instantáneamente creíbles.
Su lado moral puede resultar confuso entre tanta acción e incidentes. Eso hace que la historia sea más realista de lo habitual, pero también más caótica y más dada a las distracciones.
Los directores expresan la idea de que la vida se está volviendo menos sencilla en el Ártico debido al calentamiento global. Este mensaje se lanza con restricciones y sin acusar, llamar a la acción o aludir a lo político.
Brody parece ser una marioneta de los artificios llamativos de la película, lo que lo convierte en un protagonista poco convincente. A pesar de esto, el misterio se mantiene efectivo e interesante a lo largo de casi toda la trama.
Se desmorona un poco en los últimos momentos, en medio de preguntas sin respuesta y un clímax simplista, pero hasta ese momento, es la película más rica de la década de Mamet.