Un filme delicado, aunque a ratos duro, centrado en un grupo de jóvenes, en el deseo de ser uno mismo y también el de partir hacia nuevas experiencias.
Valiente relato. Las actuaciones, la banda sonora, la dirección y la estética de 'Sobre todo de noche' se combinan de manera excepcional para generar tanto incomodidad como conmoción.
El filme propone un arranque convincente. Sin embargo, el guion comienza a inclinarse hacia elecciones previsibles y poco creíbles. Y cuando las balas empiezan a volar, la narrativa se resiente de manera notable.
La película rinde homenaje a la rica tradición de las tablas napolitanas y, en general, busca transmitir su entretenida esencia. A pesar de contar con un personaje singular, genera una persistente sensación de déjà vu.
Tenso y delicado western ha entusiasmado al festival de Venecia. Y se postula como candidato firme no solo al León de Oro, sino a uno de los filmes de la temporada.
Cuando Volkonogov desciende al infierno con el objetivo de obtener su salvación, la película alcanza su máximo esplendor. Por otro lado, la narración de sus crímenes, en forma de recuerdo, se convierte en una trama más predecible.
Mainetti filma una obra tan impactante como entretenida, combinando grandiosidad con un enfoque personal. Sin embargo, resulta frustrante observar que en ocasiones se replican los defectos de las producciones estadounidenses.
El bólido dirigido por Michael Mann no cumple con las expectativas de velocidad. A pesar de las múltiples vías y riesgos posibles, la película opta por seguir la ruta más tradicional de principio a fin. Solo las escenas al volante ofrecen un poco de adrenalina.
El ascenso meteórico de Ana de Armas toca su cumbre en 'Blonde', que busca impactar. Sin embargo, la sobrecarga de escenas no permite que los momentos memorables se asienten; a lo largo de la película, el espectador puede acabar sintiéndose saturado.
La película va mejorando a cada minuto, hasta acabar en delirio salvaje e hilarante y en reflexión profunda. Aunque su luz no ciegue, la estrella brilla de nuevo.
Un delicado pero imperfecto retrato de la pareja del rey del rock hasta 1973. Idea y realización merecen más que un aplauso. Aunque, visto el talento de Coppola, cabía pedir algo más.
Las imágenes son impactantes, aunque la duración no busca el espectáculo. Frammartino promete un viaje profundo. Algunos estarán dispuestos a acompañarlo en esta exploración, mientras que para otros será como chocar contra una roca.
Destaca sobre todo el malestar construido a fuego lento, cómo la caída de la princesa hacia el fondo arrastra consigo al espectador. Ante una vida tan extraordinaria, eso sí, la película se mantiene comedida.