No es la respuesta a la crisis existencial de Stallone. Esta película es más bien una crisis existencial en sí misma, y ahí la tenemos, en la gran pantalla.
La película no cumple con los altos estándares de Pixar; la animación se siente descuidada y la trama es confusa. Sin embargo, destaca por su energía y espontaneidad, además de que los gags poseen un aire distintivo que recuerda a 'Seinfeld'.
Un montón de tipos de adultos la despreciarán: profesores de gimnasia, psicólogos escolares, vendedores de coches de segunda mano. Pero los niños la entenderán.
Este es el trabajo de dirección más firme de Turturro y una de sus interpretaciones más tiernas, a veces la película es un lío, pero te lleva a lugares tan especiales que no te importa.
Es su esqueleto noir lo que le da garra a este drama de realismo social, como si Humphrey Bogart se hubiera convertido en una chica de 17 años arrojada en el rincón más miserable de América.
La segunda película del director y guionista Rian Johnson ofrece un refrescante soplo de aire durante aproximadamente 10 minutos, hasta que uno se da cuenta de que se mantendrá este frenético y exuberante ritmo a lo largo de toda la cinta.