Laurie es la clave para disfrutar este híbrido entre 'CSI' y 'ER'. Aunque la serie tiende a ser repetitiva, siempre logra mantener el interés del espectador.
¿Estamos ante un mundo post-apocalíptico? ¿O quizás en una realidad alterna? Esta miniserie puede recordar a un capítulo interesante de 'The Twilight Zone' extendido más de lo necesario.
El trasfondo resulta ser más cautivador que los inconvenientes en los primeros momentos de la trama, y los aficionados a las criaturas fantásticas disfrutarán al máximo la oportunidad de capturar imágenes congeladas.
Ameno sinsentido que no acaba de lograr recapturar la magia de la original. Aun así, hay buenos momentos y Willis pisa terreno sólido como el icónico McClane.
Desafortunadamente, la historia de amor resulta poco creíble y el giro en la trama es tan predecible que es complicado sentir empatía por lo que les ocurra a los personajes.
Beck elimina la energía vibrante de Castle, presentando un guion deficiente repleto de explicaciones inverosímiles, un diseño de sonido lamentable y actuaciones subóptimas.