Es buena y digna de que uno se acomode en la butaca para disfrutar de risas y lágrimas con su pandilla de plástico. Es la ocasión perfecta para cerrar dignamente la juguetería.
Visualmente, 'Frozen 2' sorprende y transforma un cuento sobre el amor fraternal en un relato fantástico con grandes horizontes y repleto de simbolismo. Es una secuela digna de un clásico.
Aunque finalmente logra establecer su propio ritmo, cada espectador deberá determinar si logra estar a la altura de la primera entrega. Los héroes de Pixar continúan brillando, pero no logran igualar la calidad de su filme original.
Es un caramelo visual como pocos nos ha ofrecido el cine de gran presupuesto. Si las imágenes son una auténtica pirotecnia, el guion se queda en algo modesto. Sin embargo, la película logra salir casi indemne de esta debilidad.
Parece que Ayer no tenía claro qué película quería hacer, o que sus superiores no estaban seguros de la dirección que debía tomar. A pesar de esto, la película logra volverse simpática y termina ganándose a la audiencia.
Parece una obra creada desde el cansancio. Peter Jackson mantiene aquí muchas de sus virtudes. Sin embargo, lamentablemente, estas no logran ayudar al filme a evitar su naturaleza de epílogo prolongado, o más bien, excesivamente prolongado.
Se queda en un relato sencillo, algo arrítmico en ciertos momentos y que no logra aprovechar completamente las posibilidades de su planteamiento. A pesar de sus carencias, presenta a una adorable bruja malvada.
Consigue ser mejor cuanto más aspira a ser ella misma. Lástima que no siempre se atreva a intentarlo. Jackson lima asperezas, asienta el tono y comienza a hacer suya la historia: ya era hora.
Puede que la película recurra a clichés, pero al menos logra que empatizamos con una protagonista que enfrenta los desafíos inherentes a la tutela de adolescentes.
Resulta exhaustivo cubrirse los ojos y pretender que el desarrollo de la película es más simple de lo que realmente es. Además, se beneficia del singular encanto del cine de animación.
La cinta es valiosa por cómo subierte la figura del profesor, presentándolo como un personaje con serias carencias. Esto evidencia que la bondad y la habilidad para enseñar no siempre están alineadas.
Ofrece el desarrollo pausado, pero no aburrido, de un excelente thriller crepuscular, acompañado de una sutil melancolía. Destacan los entrañables monstruitos protagonistas, que recuerdan a adorables peluches rescatados del fondo de un cajón.
Comedia de fantasía para el público infantil que logra evitar la vergüenza ajena. Sin embargo, presenta problemas en las escenas de acción y esos drones carecen de carisma, lo que se convierte en un desafío considerable.