Es inspiradora porque es espantosa. Al final, no solo tendrás una idea clara de quién fue esta increíble mujer, sino que también apreciarás más las películas antiguas.
Un retrato documental afectuoso e informativo. La película tiene un toque ligero y su espíritu es animado, pero no se puede negar su seriedad y su pasión.
Es desalentador ver una película sobre personajes interesantes reales que los reduce a clichés, haciéndolos menos brillantes, menos fascinantes, menos carismáticos de lo que debieron haber sido.
Es en definitiva una película, una de las más rigurosas y reflexivas que he visto, sobre las trampas éticas y existenciales que nuestra cultura enloquecida por la fama pone a la gente con talento y a los mediocres por igual.
Es un entretenimiento audaz en las formas y enérgico en lo intelectual, un poderoso reto a los perezosos convencionalismos de la narrativa de Hollywood, y un festín para los degustadores de la interpretación cinematográfica contemporánea.
La película, en todo su caos y esplendor, pertenece casi por completo a Lawrence. Ella es la clase de estrella de cine que convierte a todos los demás en actores secundarios.
La imagen que emerge en este documental es la de un hombre decente, leal y sensible que ha pasado su vida haciendo maravillosa basura y abonando las semillas del arte.
La clase de película que da un mal nombre a la literatura. Su humor carece de chispa, y la emoción se presenta de manera excesiva, como si estuviera cubierta de mermelada en un blini. Además, el constante revoloteo de libros y papeles no logra capturar la auténtica energía intelectual.
Una agradable descanso de la seriedad de las películas contendientes a la temporada de premios, un film ligero, todo hay que decirlo, pero que tiene su cosa.
A menudo es más buena que mala, es una de las pocas ocasiones en las que un actor convertido en director elige subvertir el género reconfortante en su película de debut.
El conjunto es menos que la suma de sus partes. La temperatura emocional que logran las actuaciones no es capaz de disfrazar la naturaleza mecánica de la historia.
Cumple diligentemente con los objetivos del género, pero también trata sobre la impredecibilidad de la vida y los retos cotidianos del amor. La sensibilidad y honestidad con la cual trata estos temas es una sorpresa placentera.