Lo que eleva a 'Terri' por encima de sus coetáneas no es la situación de su protagonista ni la simpatía de la película por él, sino el cuidado y el oficio que su director, Azazel Jacobs, ha traído a un material bastante convencional.
Ver la agotadora última hora de la película es ver cómo todas las ideas buenas y los impulsos inteligentes colapsan en escenas poco desarrolladas, mal interpretadas y frenéticas.
En cierto modo la historia de un joven que entra en edad adulta nunca pasa de moda, al menos cuando está contada con el tipo de dulzura e inteligencia con que lo hace 'Adventureland'.
Lo más decepcionante es que no confía en su heroína ni en el público lo suficiente para tratar el material con la confianza y la convicción que Carolyn Keene aportó a la franquicia literaria.
Amigable comedia que refleja la valentía y honestidad de Burson, lo que probablemente ha llevado su película a ser relegada a los márgenes del entretenimiento.
Aunque a veces me gustaría que todos los personajes se lo tomasen con algo más de calma, si lo hicieran no reflejaría la vida real ni tampoco sería una obra de arte. Lo mejor de esta película es que es ambas cosas.
La técnica de animación tiene un enfoque más rudimentario en comparación con el brillo digital al que están acostumbrados los niños, pero a su vez posee una calidad más espiritual.