Una cinta profundamente humana que logra transmitir su mensaje sin la necesidad de utilizar protagonistas convencionales. Sin ninguna “anomalía” en su narrativa, su enfoque está destinado a convertirse en un referente y un clásico en un futuro cercano.
Con habilidad en la dirección, sobre todo en el manejo de actores, la cinta es una road movie de reencuentro paternal, sin embargo, no consigue un golpe definitivo debido a un tratamiento de guión algo disperso.
Si bien no proyecta genialidad en su debut, Crowe ofrece un drama bien estructurado, realizado con destreza y atención hacia sus actores, además de dirigir de manera efectiva. Algunos pueden encontrarlo lento, pero el resultado es satisfactorio.
Larraín crea un thriller lírico que entrelaza fantasía con resonancias literarias y políticas. El humor y la poesía sirven a la narrativa. Sin embargo, el clímax puede tardar en llegar y, aunque la belleza de la obra es innegable, no será del agrado de todos.
Después de la primera hora todo se torna en un derroche de espectacularidad visual y la sustancia se diluye. Sigue siendo peculiar en su estilo, pero pierde alma en la trama.
El código que hace funcionar esta cinta es la portentosa interpretación de Cumberbatch, quien se ve rodeado de una buena ambientación, elegancia visual, ritmo y políticamente correcta.
Un thriller que juega con paradojas, pero se siente incompleto. No aprovecha al máximo los recursos del género y carece de profundidad en las escenas y los personajes.
Liman elige relatar los eventos tal como sucedieron para Seal, sin inclinarse hacia ningún bando. Tom Cruise mantiene el peso del filme con un guión ligero y una narrativa tradicional.
Un ejercicio detectivesco con buena dosis de humor, comedia dotada de acción, entretenimiento y empatía. Incluso el final queda abierto para una secuela, la cual funcionaría sin duda gracias a este par.
Esta cinta entrega una buena pelea, sin embargo, no es emblemática como 'Toro salvaje' o 'Rocky', que son estandartes en su género. a la biopic de Durán le faltó más punch para ser un referente.
Además de tener algunas escenas inquietantes; todo debidamente empaquetado consigue poseer la atención de los amantes del género, los ojos voltearán a esta propuesta y no necesariamente sangrarán.
Lo que comenzó como una promesa de ser un estandarte del poder femenino, donde una antiheroína cautivaría con sus hazañas, se transforma en un producto mediocre. Se aleja completamente de la expectativa de ser una explosión de acción y adrenalina.
Almodóvar presenta el filme más convencional de su carrera, narrado de manera fragmentada, donde ciertos pasajes parecen innecesarios. Finalmente, se desarrolla un melodrama tradicional que resulta algo vacío.
El problema del filme es que bien pudo haber sido cualquier terremoto, no es propiamente sobre el sismo del 85. Otra de sus deficiencias está en hacer el filme un tanto largo, aun así la cinta consigue cimbrar y hacer sacudir las emociones, todo con base a sus dos protagonistas.
Schwarzenegger aún no está oxidado. La maquinaria del filme funciona como un divertimento bien aceitado, nada obsoleto, pero no está destinado a ser memorable, pese a ser mejor que las dos cintas anteriores.