La abundancia redunda en cierta desigualdad tanto en el interés de las distintas historias y su intensidad como en la convicción y credibilidad de sus intérpretes.
La ambigüedad como consigna. Lo mejor: El tono provocador y juguetón, junto con las interpretaciones. Lo peor: Resulta algo más desvaída que las obras más inspiradas de este cineasta.
La fluidez narrativa no es el principal mérito de este tardío debut que, por momentos, huele a naftalina. Los tres protagonistas resultan convincentes.
Unos actores inspirados, un humor moderadamente ácido y un arranque esperanzador no alcanzan a sostener un relato alargado hasta el extremo, repetitivo, estancado.
Un guión denso y exuberante, que presenta momentos de innegable ingenio y una inclinación desbordante hacia toda clase de excesos. Sin embargo, también ofrece una variedad de tonos y registros que, en ocasiones, resultan estridentes.
Desplechin combina diversos tonos y registros en un inquietante estallido de humanidad que recuerda a Bergman en 'Fanny y Alexander' y 'Saraband', sin sacrificar su distintiva personalidad.
Limosin y sus coguionistas intentan captar la atención a través de la crudeza de la situación, pero lo convierten en algo superficial y casi ofensivo. Noriega, sin embargo, aporta credibilidad a sus diálogos y logra hacer que algunas secciones de la película sean un poco más llevaderas.
Una buena idea para un corto que, sin embargo, se queda en una experiencia vacía debido a su interminable giro argumental. La historia habría ganado con la inclusión de elementos adicionales y, sobre todo, con personajes más profundos.
Comicidad alternativa. Perjudicada por unos medios insuficientes, la película se instala en territorios poco transitados, como el del costumbrismo desaliñado o la comicidad patética.
Un producto increíblemente cuidado en su forma que seguramente cautivará a aquellos que estén abiertos a nuevas experiencias, mientras que podría parecer insípido e incluso tedioso para quienes prefieren historias menos sobrenaturales.
Pocas veces se puede ver en una pantalla un arranque tan fascinante y engrasado, hipnótico y por supuesto prometedor. Sin embargo, el entusiasmo inicial se va desvaneciendo con el tiempo.
Ilustre thriller español, donde resplandece la meticulosidad de una planificación creativa, que coloca cada elemento a la distancia y velocidad perfectas, junto a un relato ágil, que combina a la perfección la emoción con la lógica de los personajes.