Por encima de otras muchas cosas, es muy divertida, aunque sea bastante más que una comedia. (...) elaborados y personalísimos diálogos (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5).
Ni el paisaje ni el drama logran sostener la extensa duración de este western sin vida. Algunas secuencias de tiroteo se consideran auténticas fallas, caracterizadas por la repetición, la falta de credibilidad y una total confusión en la orientación espacial.
Es una intriga ingeniosa que destaca por sus giros argumentales. Su mayor fortaleza radica en la veracidad con la que se aborda el complicado mundo del engaño, todo sin sacrificar el humor. Sin embargo, el guión a veces resulta demasiado obvio.
Una película que se sitúa en un punto intermedio entre 'Tarde de perros' y 'El mundo es nuestro', pero sin lograr la intensidad ni el factor sorpresa de la primera, ni la diversión característica de la segunda.
Se muestra como una extensión algo forzada de lo que en su momento fue una propuesta audaz. A través de la lírica, Subiela se muestra grandilocuente, repitiendo sus hallazgos y alargando innecesariamente las acciones y reflexiones de un personaje.
Las imágenes nocturnas generan una atmósfera cautivadora, donde lo realmente relevante no es comprender las experiencias o sueños de los personajes, sino dejarse llevar por el entorno visual tan sugestivo.
Un entretenimiento que comienza con mucha energía, pero que rápidamente pierde fuerza, revelando su falta de contenido significativo. El guión carece de rigurosidad.
Malgasta el potencial del relato con un guión poco desarrollado, evidenciando una notable carencia de ingenio en los múltiples gags que intentan darle vida.
El documental etnográfico carece de un atractivo dramático significativo y muestra una narración que, aunque tiene potencial, no logra aprovechar al máximo las imágenes que presenta.
La cuidadosa ambientación y el excelente desempeño de los actores aportan intensidad, emoción y una profunda reflexión a la parte más distante de una historia convincente y efectiva, aunque se siente algo desequilibrada por las repetitivas y apáticas interrupciones en el presente.