Las imágenes nocturnas generan una atmósfera cautivadora, donde lo realmente relevante no es comprender las experiencias o sueños de los personajes, sino dejarse llevar por el entorno visual tan sugestivo.
Un entretenimiento que comienza con mucha energía, pero que rápidamente pierde fuerza, revelando su falta de contenido significativo. El guión carece de rigurosidad.
Malgasta el potencial del relato con un guión poco desarrollado, evidenciando una notable carencia de ingenio en los múltiples gags que intentan darle vida.
El documental etnográfico carece de un atractivo dramático significativo y muestra una narración que, aunque tiene potencial, no logra aprovechar al máximo las imágenes que presenta.
La cuidadosa ambientación y el excelente desempeño de los actores aportan intensidad, emoción y una profunda reflexión a la parte más distante de una historia convincente y efectiva, aunque se siente algo desequilibrada por las repetitivas y apáticas interrupciones en el presente.
Testamento vital y vitalista. La materia prima del documental, el médico Carlos Cristos y su entorno, es un verdadero ejemplo. Sin embargo, la escasa difusión de este trabajo lo convierte en algo que debería ser de visionado obligatorio en muchos círculos.
Ortopédico cuento de amor. Las numerosas tramas secundarias distraen y oscurecen una historia principal que, aunque prometedora, está plagada de clichés.
Todo un ejercicio de ironía que cuestiona convenciones sociales muy arraigadas. El resultado es sorprendente, estimulantemente provocativo y decididamente divertido.
Propuesta descarnada pero sin tremendismos. Gaviria logra una impresionante credibilidad a través de un grupo de actores ocasionales, manteniendo una distancia adecuada.
El relato presenta una desigualdad notable en ritmo e intensidad, pero su riqueza textual y la sensualidad que lo permea lo hacen una propuesta única, sorprendente y atractiva.
Original propuesta que ofrece una profunda reflexión moral en contra de la guerra, acompañada de una dirección austera y unas interpretaciones sutiles.
Meritorio debut de la joven directora gallega Anxos Fazáns, rodado en gallego y en Galicia, que ofrece una visión pesimista de una generación marcada por el desencanto existencial.
Un reparto espléndido y una producción impecable crean una atmósfera creíble. Esta película, aunque parece muy física, también sorprende por su intimidad.