Para ser una comedia, debería incluir sentido del humor, algo que en este filme brilla por su ausencia. (...) absurdos son el planteamiento y el desarrollo (...) Puntuación: ★ (sobre 5).
La primera hora del filme es una auténtica obra maestra, con sesenta minutos que destacan por su intensidad, perturbación y memorabilidad. Además, Jacob Tremblay brilla como uno de los actores infantiles más talentosos que se han visto en la pantalla.
Una película fantástica, en todos los sentidos, y dos horas trepidantes que se consumen en un suspiro. Visualmente, el filme es apabullante, con un desbordante y muy gamberro sentido del humor.
Su único objetivo es emocionar y hacer llorar al respetable. Sin embargo, gracias a su cuidado en la producción y a una hermosa selección musical, logra ser un filme entretenido y agradable.
Nos encontramos con un conmovedor ejercicio de nostalgia analógica. Por lo demás, el filme es un recital del histrionismo y la gestualidad propios de su protagonista.
Un impresionante documental que retrata con gran cuidado y precisión las obras de arte, ofreciéndoles un trato casi reverencial. La emoción y devoción que transmite hacia estas pinturas es palpable, haciendo que el espectador se conecte profundamente con ellas.
Un thriller impresionante que se alza como uno de los más destacados del cine español. La calidad de producción es excepcional, comparable a la de las grandes obras de Hollywood.
No se trata de una sola película, sino de múltiples relatos independientes entre sí. Dorronsoro transita de una narrativa a otra sin una clara cohesión.
Apuesta mucho más por el melodrama existencial y romántico que por la reivindicación del erotismo. Las escenas eróticas están rodadas de forma excesivamente rutinaria, con cierta desidia.
Comedia romana con un tono amable, Verdone presenta otro de sus típicos shows de histrionismo poco moderado. Ilenia Pastorelli brilla intensamente y se adueña por completo de la función.
Una audaz estética de cómic extremadamente violento, acompañado de un notable diseño de producción, efectos visuales impactantes y un humor negro que resulta muy apreciable.
Cansino y rutinario ejercicio de pirotecnia y destrucción, es una versión 2.0 del clásico setentero 'El coloso en llamas', con mejoras técnicas pero carente de un guion sólido y un reparto difícil de digerir.
No es una película narrativa, sino más bien contemplativa. Se puede disfrutar de la notable fotografía de Ivan Markovic, aunque eso no logra evitar que la trama resulte algo aburrida en momentos.