Se trata de una comedia negra delirante, repleta de sangre y violencia, que construye meticulosamente los momentos más divertidos, casi siempre contrastando las intenciones de sus personajes.
Con instantes de humor, resulta en una pieza interesante sobre mujeres que se perdonan, que se reencuentran, que no se dejan vencer ni por la enfermedad ni por la tristeza.
Se trata de una película de buena manufactura y buen ritmo. Una B movie con presupuesto que hace un uso inteligente de sus propios clichés, buscando siempre emocionar sin atentar contra la inteligencia del respetable.
Con uno que otro momento bien logrado, lo más destacable es la participación de Luis Felipe Tovar, quien con apenas un cameo (como un inteligente ladrón), se roba la película. Su personaje bien vale un spin off. Yo lo vería.
Mientras Tom Hardy se divierte, nosotros como público debemos soportar 97 minutos de este desconcertante contenido y escenas de acción confusas, en una de las películas de superhéroes más decepcionantes que he visto.
Cumple con su objetivo de provocar enojo en sus espectadores, aunque le falta colmillo y determinación para hacer una crítica contundente sobre la actual sociedad estadounidense.
Es un elegante, divertido y soberbio muestrario de su filmografía y de su visión del mundo: un lugar hostil, impredecible, lleno de absurdos y mala leche.
Better Call Saul es superior por la sutileza de su narrativa. Es una serie que no teme tomarse su tiempo, presentando una fotografía que se obsesiona con encontrar encuadres inusuales y sofisticados, lo que a su vez le otorga una personalidad muy distintiva.
Los nuevos episodios de la sexta temporada de 'Black Mirror' presentan una variedad notable. Aunque están bien realizados, como suele ocurrir en las antologías, algunos episodios destacan más que otros.
Alvarez demuestra una gran habilidad en la dirección de las secuencias de acción. La película se asemeja a un videojuego, pero logra hacerlo de manera emocionante, con una buena calidad cinematográfica, una excelente edición y momentos de auténtico terror.
'Furiosa', la precuela de la aclamada 'Fury Road' (2015), opta por una dirección audaz y inteligente, sin pretender superar a una de las mejores películas de acción del siglo XXI.
La experiencia es inmersiva, Garland nos manipula con suma pericia en secuencias bien armadas y coreografiadas, pero sin dejar de lado el desarrollo de sus personajes.
Esto es algo que ya no se ve a diario en el cine de Hollywood: la cinta obliga a su director a mostrar en lugar de explicar, y ello lo hace muy bien Sarnoski durante los escasos 100 minutos que dura la película.
Una película que dinamitó los convencionalismos y refundó de raíz a un género, logrando lo que se pensaba inimaginable para este tipo de historias: dotarlas de inteligencia y buen cine.