La historia es bastante tradicional, utilizando elementos de melodrama ligero. Se asemeja más a la sutileza de las obras de James Ivory que a la intensidad de los clásicos culebrones televisivos, careciendo de grandes sorpresas.
Presenta una trama que muestra una imaginación desbordante y, en ciertos momentos, alucinante, evocando los viajes mentales de obras clásicas como 'Yellow Submarine' y 'El planeta salvaje'.
Una comedia romántica ingenua y estilizada que saca el máximo provecho de la singularidad del protagonista. Bajo un velo de humor ligero, a veces asoma una profunda melancolía.
La sobriedad de Nahuel Viale al interpretar a un joven lleno de angustia y con un temperamento reservado destaca como una de las grandes virtudes de esta película que se muestra austera, equilibrada y sólida.
La historia sigue las transformaciones y desafíos de los hijos de David, retratando el crecimiento de una vida familiar común, pero rica en experiencias cotidianas que se narran con sensibilidad y dignidad.
La película presenta un elenco destacado que demuestra su habilidad en una ejecución excepcional, además de un guión que se impulsa a través de elaboradas manipulaciones en varias ocasiones.
La buena performance actoral y la imaginación de Diment para generar imágenes inquietantes son lo mejor de una historia cuyo argumento a veces flaquea.