Demasiado cerca del inicio y demasiado lejos del final, esta producción de dos horas y ocho minutos, se diluye en los lugares comunes de un cine (hoy demasiado abundante) de correrías con automóviles y sin ellos.
Palimpsesto o indisimulado plagio no son necesariamente obstáculos para 'Alien: Covenant'; su defecto más notable es que resulta terriblemente aburrida.
Su uso "incorrecto" del montaje le permite desarticular el espacio, quebrar la continuidad, prescindir del "eje", ignorar la "direccionalidad" de las miradas y sus combinaciones. Todo esto contribuye a potenciar el sentido y el dramatismo de la magnífica 'Dunkerque'.
No es arriesgado señalar que la innegable fuerza de 'Revenant: El renacido' se diluye en sus reiteraciones, perdiendo así su capacidad de impactar, a diferencia de lo que ocurre en la primera parte de sus dos horas y media.
La denuncia de los estragos cerebrales que llegan a afectar a los jugadores es valiente; su expresión dramática alarma por la puerilidad de sus planteos.
El excesivo dulcificamiento de la historia, la torpe idealización de una sociedad y la estructura cinematográfica predecible convierten a esta película en un producto desechable, dirigido principalmente al público estadounidense.
Robert B. Weide reúne de manera algo desorganizada declaraciones de Woody Allen, registros de antiguos programas, fragmentos de sus películas y testimonios de familiares, amigos y colaboradores. La genialidad de Allen otorga un sin duda interés a este retrato que resulta, sin embargo, bastante incompleto.
Pudo haber sido un film destinado a minoritarios seguidores de un artista y su obra, pero es un film para todo el mundo, acerca de la aventura del alma humana.
Lo malamente hollywoodiano ha logrado convertirse en un estado mental, ahora asentado en una realización donde naufragan irreversiblemente varios prestigios.
Ese gastado esquema, logra brillos propios gracias a personajes convincentes en diseño e interpretación, un fluido relato, y una cámara que no se regodea en rostros y cuerpos destrozados a golpes, sino por el contrario.