Es un interesante ejercicio reflexivo, de perspectiva aguda, capaz de iluminar el presente y jugar a la parodia. De paso, brindó aires insospechados a las disímiles carreras de Gosling y Crowe.
Lo mejor que se puede decir de 'El conjuro' es que es entretenida, que consigue la atención del espectador en un bien armado juego de ir agregando de a poco los elementos que ya todos sabemos que salen al baile en una historia así.
Buena parte de la película —fácil su primera hora— resultará farragosa e ininteligible para el espectador desprevenido. Aún así, esta es una película —como historia y como cine— muy interesante.
Estamos hablando de un guión espléndido, agudo, cuyos diálogos sosos se escuchan como la cadencia de este zumbido de testosterona liberada y concentrada en una ciudadela.
Se trata de una espléndida y original pieza de cine negro, que traspasa con largueza las fronteras en que se ha movido este subgénero, y que circula también muy eficazmente en las arenas movedizas del thriller y el drama sicológico.
Este drama, basado en un hecho real, contrasta las imágenes idílicas del bosque y el mar con la tensión vivida por la familia, recordando obras como "Crimen y castigo". La cercanía emocional que transmite lo hace resonar profundamente.
McQueen retrata la majestuosidad de la naturaleza junto a la brutalidad, la pequeñez y la grandeza, así como la gentileza y la vileza más extrema del ser humano, todo entrelazado en un solo mundo. Imperdible.
'Amy' es un ejemplo sobresaliente de cómo se debe realizar un documental, un cine de no ficción que ha elevado continuamente sus estándares y, lo más notable, se ha vuelto cada vez más accesible para el público.
A 'Lincoln' se le nota el peso de la historia y del icono: es una película discursiva que, probablemente, a algunos espectadores les llegará incluso a resultar algo tediosa.
El director David Mackenzie tiene un dominio excepcional del tempo narrativo. A pesar de utilizar numerosas elipsis, logra mantener una cámara al nivel de un hombre sentado conversando con una cerveza en el porche, mientras que la profundidad de campo revela objetos al fondo que se convierten en pistas significativas.