Con gran inteligencia, Meddour explora el ámbito semántico de la moda para reflexionar sobre la fragilidad de la libertad femenina en los países árabes.
1992 ha elevado la ficción televisiva italiana a un nivel comparable con Los Soprano, Mad Men y The Wire, considerados los pilares de las series americanas.
Emborronado por unos secundarios poco creíbles y unas situaciones pretendidamente cómicas que no lo son, el drama pierde la fuerza que podría tener y sólo consiguen sostenerlo las interpretaciones de los protagonistas. Sobre todo la de ella.
Dibuja colocándose a la distancia justa, sin juzgar a los personajes, pero intentando abarcar todas las explicaciones y puntos de vista posibles hasta trazar un retrato impecable de Twitter.
Courcol lo apuesta todo a esta troupe de actores sobradísimos de talento y pone la cámara a su servicio en una puesta en escena austera pero efectiva con la que consigue emocionarnos.
Es, precisamente, esa libertad de ser una película normal lo que hace tan extraña, sobria, bien realizada e interpretada con verdadera disciplina militar.
'Una cita en el parque' trasciende su naturaleza romántica y convencional gracias a secundarios excepcionales, un mensaje habitual pero igualmente importante: la fidelidad a uno mismo, y unos valores que se están volviendo cada vez más raros en la realidad.
'Negociador' logró reflejar con precisión un entorno de baratillo en ese limbo imaginario. A partir de ese momento, se sucedieron varios aciertos que enriquecieron la historia.
El resultado es más que digno. Apenas hay bustos parlantes, las obras y el propio artista hablan por sí mismos. Verlo es tan agradable como contemplar los paisajes del pintor.
Todo en 'La Novia' es perfecto, aunque eso a ratos juegue en contra de la emoción. A veces la intensidad es tal que la película, milagrosamente, se convierte en poesía.
Cruce entre Bridget Jones y Julia Roberts en un escape con un Hugh Grant que no lleva luto, esta película se mueve entre la comedia intensa característica de los Farrelly, el romanticismo y las camisas hawaianas de Alexander Payne.
Thriller de tonos grises, tan previsible como un día en la oficina y tan intrigante como la vocación del responsable de Recursos Humanos de tu empresa.