Filme insólito y de raras calidades, sostenido con humildad a ras de documento y que conjuga con vigor y buen candor las chispas y los elementos de un choque histórico y estético de edades que sigue siendo siendo hoguera encendida de la crónica de la España trágica, blasfema y homicida.
La ocurrencia de no asumir la plena desnudez de las doce flores maduras vuelve a la película un tanto timorata y cursi, lo que provoca que pierda rápidamente su eficacia y frescura inicial. A medida que avanza la historia, la narrativa se vuelve morosa y repetitiva. Sin embargo, una vez más, el cine británico demuestra que la habilidad y el talento
Película compleja e intrincada, no fácil de seguir, llena de recovecos argumentales sin duda muy arriesgada y, por ello, interesante. A ratos, incluso excelente, pero en conjunto está desequilibrada.
La película, víctima de un guión repleto de situaciones previsibles y personajes con apariencia de muñecos, resulta ser un conjunto vacuo de brillantes y rápidas estampitas creadas con ingenio visual. Aunque hay imágenes iniciales bien ejecutadas e inquietantes, la eficacia de la trama se desvanece tan pronto como termina el filme.
Ideas sin imágenes. El desequilibrio del guión es notable y evidente. La película pierde coherencia y dirección en los últimos tramos y, cuando debería elevarse, se desploma y se hunde.
Saura ofrece una clase magistral sobre cómo entrelazar de manera armoniosa elementos diversos. Su obra está cargada de intensidad, con un toque de sentimentalismo, una radicalidad ética y una ternura que genera una profunda emoción en el espectador.
Comedia intensa, macabra y en gran medida excéntrica. Este magnífico disparate se mantiene gracias a la astucia de Sabroso y Ayaso, así como a un reparto excepcional en estado óptimo. Destaca una impresionante Candela Peña, quien logra deslumbrar con su talento absoluto.
Rara y curiosa comedia coreana que sugiere el potencial de un gran director en el futuro. Su ritmo no se adapta a lo que entendemos como comedia en los patrones del cine occidental. Presenta gags construidos sobre la mecánica del absurdo, con un humor que, más que negro, resulta críptico y, en ocasiones, brutal o cruel.
Irregular combinación de violencia compulsiva y humor negro. La mezcla presenta altibajos notables, reflejando la superioridad del guionista Tarantino sobre el director. Su estilo superficial se inspira en la ideología posmodernista y en el cómic audiovisual. Los videoclips, a menudo estereotipados, afectan negativamente el desarrollo de personajes
Hay buenas intenciones en el planteamiento, pero lo que se presenta en pantalla resulta menos convincente de lo que sugiere el guion. La credibilidad del relato no logra consolidarse, convirtiendo a este melodrama en una obra bien intencionada pero que no logra despegar.