Cumpliendo sobresalientemente con lo que uno esperaría de un drama judicial efectivo y bien planteado, esta obra se presenta como impecable y fiel al canon del género. Ofrece momentos de gran trascendencia que destacan su elocuencia.
Magnífica, preocupada por sopesar correctamente la trascendencia de los hechos, sin caer en la tentación del entretenimiento a toda costa ni banalizarlos.
Resulta asombroso contemplar el talento de este director. Por supuesto que hay mucho de Sidney Lumet en este flm, y algo de David Mamet, claro, pero también del Coppola más shakespeariano.
El encanto que emana de la actuación conjunta de Hugh Dancy y Rose Byrne es suficiente para que no nos fijemos demasiado en que los giros dramáticos y los chistes son bastante predecibles.
Constituye una sorpresa particularmente agradable, al conjugar lo grandioso del entretenimiento directo a multisalas con cierto afán por trascender clichés al gusto del consumidor más perezoso mentalmente.
Para apoltronados en el thriller de siempre. Lo mejor: su gran empaque audiovisual. Lo peor: su rutinario desarrollo dramático... y que no salga el cocodrilo.
Recio e impoluto largometraje, un Todd Haynes que, al aceptar diluir su estilo en una austeridad formal, potencia el impacto de una película que provoca indignación.
Incuestionablemente concebido y ejecutado, cuya poliédrica trama funciona a varios niveles. Quizá su mayor virtud sea la de hacernos creer que, a pesar de los artificios, transcurre en esta misma mísera realidad que tan bien conocemos.
Encomiable labor de equilibrio tonal entre la obligada espectacularidad de buena parte del metraje y otros momentos muy emotivos. Esta película resulta ser mucho más humana y verosímil de lo que se podría haber esperado.
No se le puede negar al film un tercio (o así) de metraje durante el cual el carisma de sus protagonistas y lo acertado de algunos diálogos mantiene el tedio a raya y vivo el seguimiento de una peripecia sin defectos de construcción.
Constituye un muy meritorio intento de seguir los pasos de todos aquellos pioneros de la docuficción etnográfica. De gran poderío visual y parejo aliento poético-dramático.
Aunque en lo ideológico puede ser una trampa sencilla para los demócratas y la escritura carece de originalidad propia de un telefilm, 'Caza a la espía' logra transmitir una intensa experiencia visual.
Abundan las escenas, bien concebidas y ejecutadas, en las que esta estrategia de ‘nadar y guardar la ropa’ logra un equilibrio adecuado que resulta accesible al gusto del público.
Nuevo peldaño en lo que a preciosismo se refiere, un festival plástico y humorístico, capaz de transmitir un vitalismo y un hambre de experiencias, algo que es muy poco frecuente en los productos infantiles.
Divierte en sus momentos de "slapstick" mejor logrados, pero el adocenamiento del guión lastra irremediablemente el desarrollo de esta obra, que se encuentra a medio camino entre el artefacto lúdico y la parábola iluminadora.
Un chuletón de entretenimiento capaz de ponernos varias veces las pupilas como platos, aunque rara vez las pulsaciones sobrepasen cierto ritmo inofensivo.
Johnson logra una comedia que respeta el espíritu de la obra original. 'Wilson' debe disfrutarse sin remordimientos, ya que resulta altamente entretenida.