Incuestionablemente concebido y ejecutado, cuya poliédrica trama funciona a varios niveles. Quizá su mayor virtud sea la de hacernos creer que, a pesar de los artificios, transcurre en esta misma mísera realidad que tan bien conocemos.
Encomiable labor de equilibrio tonal entre la obligada espectacularidad de buena parte del metraje y otros momentos muy emotivos. Esta película resulta ser mucho más humana y verosímil de lo que se podría haber esperado.
No se le puede negar al film un tercio (o así) de metraje durante el cual el carisma de sus protagonistas y lo acertado de algunos diálogos mantiene el tedio a raya y vivo el seguimiento de una peripecia sin defectos de construcción.
Constituye un muy meritorio intento de seguir los pasos de todos aquellos pioneros de la docuficción etnográfica. De gran poderío visual y parejo aliento poético-dramático.
Aunque en lo ideológico puede ser una trampa sencilla para los demócratas y la escritura carece de originalidad propia de un telefilm, 'Caza a la espía' logra transmitir una intensa experiencia visual.
Quizás la constante elección de tonalidades suaves y la decisión de no exagerar en los detalles hacen que obras tan atractivas como esta resulten en productos de escaso impacto comercial.
Abundan las escenas, bien concebidas y ejecutadas, en las que esta estrategia de ‘nadar y guardar la ropa’ logra un equilibrio adecuado que resulta accesible al gusto del público.
Resulta indudablemente graciosa. Lo mejor son los numerosos momentos cómicos. Sin embargo, lo peor es su argumento, que se basa en una sucesión de clichés.
Nuevo peldaño en lo que a preciosismo se refiere, un festival plástico y humorístico, capaz de transmitir un vitalismo y un hambre de experiencias, algo que es muy poco frecuente en los productos infantiles.
Divierte en sus momentos de "slapstick" mejor logrados, pero el adocenamiento del guión lastra irremediablemente el desarrollo de esta obra, que se encuentra a medio camino entre el artefacto lúdico y la parábola iluminadora.
Un chuletón de entretenimiento capaz de ponernos varias veces las pupilas como platos, aunque rara vez las pulsaciones sobrepasen cierto ritmo inofensivo.
Johnson logra una comedia que respeta el espíritu de la obra original. 'Wilson' debe disfrutarse sin remordimientos, ya que resulta altamente entretenida.
Esta película evoca una sensación de saga, porque es innegable que resulta atractivo volver a ver a Jason Bateman y Rachel McAdams, quienes navegan entre ocurrencias hilarantes y giros inesperados en el guion.
Un largometraje limitado, aburrido y lamentablemente orientado al comercio. El reencuentro del dúo Williamson-Craven resulta fallido, acompañado de efectos especiales decepcionantes.
Ofrece una abundante munición interpretativa para provocar reflexión en el público, especialmente en los momentos donde el guion presenta debilidades, evidenciando las aspiraciones más intelectuales de un cineasta como Gilles Lellouche.
Lo que predomina es un tono alegre, con un trasfondo que, aunque resulta muy positivo, afortunadamente no llega a ser tan superficialmente optimista como algunos éxitos de la vecina nación.