Más que notable y premiada, esta ópera prima es amplia y seria, reflejando la calidad de su impresionante banda sonora. Su atmósfera no se aleja del estilo de Bergman o Kieslowski.
Nueva e innecesaria versión con múltiples persecuciones, efectos visuales llamativos, giros inesperados y elementos de terror cliché. Kiefer Sutherland hace un cameo, pero lamentablemente no se cuenta con Julia Roberts.
De verdad que no se nos ocurre nada más que decir de este ejercicio de (poco) estilo que algún día proporcionará siestas memorables cuando lo emitan de sobremesa.
Romero es el que mejor aprovecha el mito que él mismo instauró, evitando utilizar tecnología avanzada y manteniéndose fiel a la auténtica esencia del cine de serie B.
Concepción caricaturesca de un personaje hecho de mohínes y monerías. Es una pena ver a Bridget dilapidar el capital de simpatía que se había ganado en su primera encarnación en la pantalla.
Cine de género americano con una trama que nos lleva a un final impactante. A medida que avanza, los giros inesperados del guión pueden dejar al espectador deseando una narrativa más coherente. La historia mantiene el interés, pero puede resultar confusa.
Una estructura narrativa que alterna de forma molesta entre el presente y un pasado lleno de corrupción, junto con los saltos y cambios que presenta, termina siendo irritante y ofrece explicaciones que son tanto redundantes como confusas.
Las distintas formas narrativas presentes en esta película no logran fusionarse de manera efectiva. No conseguimos la esencia de Wong ni de Lynch, resultando en un noir de Singapur que parece demasiado pretencioso. Sin embargo, no se puede negar que presenta un interesante cóctel visual.
Es uno de los mejores largometrajes de los últimos tiempos, donde no solo oímos, sino que también percibimos la madera crujiente, el metal percutivo y el salitre pegajoso.
Efectista estilo que, a pesar de su apariencia, no aporta nada nuevo a la trama. Aun así, la historia logra algunos momentos destacados que elevan un poco la experiencia.
Una narración que refleja la vida de los privilegiados disfrutando de sus ventajas, con interpretaciones de actrices que parecen tener una visión moderna y poco realista de lo que significaba ser una menina en su tiempo.