Carnevale propone una apuesta arriesgada con un selecto elenco de actores argentinos que aporta profundidad y autenticidad a la trama. La actuación de cada uno de los miembros destaca y enriquece la experiencia del espectador.
Agradable película francesa que resulta entretenida al no recurrir a trampas narrativas, reflejando auténticamente los altibajos de la vida y las debilidades y virtudes de las personas.
Melodrama explosivo, una gran ocasión de lucimiento para un ilustre elenco de actores y de placer para el espectador al comparar sus diversos estilos interpretativos.
Las actrices logran estar a la altura de enfrentarse a un Fernández excepcional: su Nacho es una representación acertada de un mentiroso compulsivo con habilidades de seductor. Además, la lidia, o la psicoterapia, resulta realmente fascinante.
La historia se presenta de manera poco atractiva, a pesar del esfuerzo de Margherita Buy. De este modo, la película sacrifica interés a cambio de una moraleja excesiva.
Sex o no sex. Apatow logra crear una obra que es razonablemente elegante, divertida y, en ciertos momentos, melancólica. El mérito recae en Steve Carell.
Muestra que tanto Lamata, un sucesor aceptable de Judd Apatow en el ámbito nacional, como la comedia gamberra en general, pueden experimentar la tentación de asumir una responsabilidad más profunda.
Es la mejor película que he visto este año en una sala de cine. A pesar de que hemos salido poco al cine, esto no disminuye su impacto. La película sirve como un gran correctivo para aquellos que tienen dudas sobre la etiqueta «indie». Tiene de todo.
Un largometraje sorprendentemente gustoso de ver que cuenta con un gran elenco de protagonistas y que está repleto de giros, sorpresas y revelaciones inesperadas.
Donde esta película sobrepasa los límites del humor para rebozarse en la autoparodia es en los complementos. Un desmadre ante el que más vale aplicar eso de, Relájate y disfruta (yo lo hice y funcionó)
Sin ser buena ni nada que se le parezca y sin privarse de alguna secuencia bochornosa a cuenta de «Santa», la experiencia no acaba de ser tan espantosa gracias al talento del elenco de seis actrices.
Es sólo la excusa para la desatada actuación del trío protagonista y del lujoso grupo de estrellas invitadas. Sucesión de placeres culpables y de chistes políticamente incorrectos.
No queda claro cuál es la intención, ya que solo resalta por su excentricidad imposible. Si no disfrutan de la comedia musical, es mejor que se mantengan alejados; y si les gusta, probablemente sea peor.
Muestra una problemática afición a insertar unos diálogos, digamos, espesos que pronto evaporan la simpatía que pudiéramos sentir por lo que se nos cuenta.
Es complicado entender cómo, a pesar de contar con una amplia gama de recursos técnicos y artísticos, el director Pierre Schoeller no logra alcanzar su objetivo.