Una idea que podría ser apasionante, la de seguir las trazas de una figura ausente en un paisaje histórico traumático, queda comprometida por el afán de conseguir una narración lineal y explicativa.
Genuino y excelente musical que no utiliza las canciones como espectáculo sino para contar la historia que está detrás de su composición. Kline está sencillamente espléndido.
Siempre digo que no me gusta este género, pero no hacen más que contradecirme con producciones como esta. Los sustos aparecen en el momento adecuado, logrando mantener la tensión a lo largo de la trama.
Menos mal que Céline Sallete, la protagonista, logra mantener el centro de gravedad moral en la trama. Su actuación es fundamental para dar sentido a los dilemas presentados y mantener al espectador comprometido con la historia.
Utiliza con gracia y (mala) intención materiales de archivo: es decir, no hace nada que no haya hecho el documental militante antes de que se le exigiese ser objetivo y equidistante.
Lo que la convierte en noticia dentro del género es precisamente el villano. Sin embargo, la secuencia final es anticlimática y carece de humor, lo que le resta un poco de descaro a la parte espectacular.
Los vivos que elimina Robin Hood son como los rescoldos de la narración fílmica: esta adaptación incluye fragmentos completamente videojueguiles que parecen «anacrónicos».
Los valerosos exégetas de este libro de imágenes sólo aciertan a acumular referencias. Esta película evoca la sensación de ser una instalación en un museo o mausoleo del séptimo arte.
Le encantará a quienes se sientan atraídos por la mezcla entre la dramaturgia despojada de Antonioni y el humor visual minimalista de Tati, todo filtrado a través de la angustia escandinava de Kaurismaki.
Su lanzamiento limitado a un circuito alternativo no debería ser un obstáculo para que la recomendemos al espectador curioso. Tanto yo como 60 programadores de festival estamos seguros de que no nos equivocamos.
Se aguanta por Michelle Pfeiffer y por la Maléfica de Angelina Jolie: dos grandes hembras alfa en un terrible duelo de madrastras. Cuando no están ellas dos, la película pierde interés.