No es cine. Es televisión en pantalla grande. Su lenguaje, su lógica, su modalidad narrativa, su manera de encuadrar, son televisivos y no se elevan por sobre el techo de los programas de entretención.
Al fin, este río trae más ruido que piedras. 'La cabaña del terror' es oscura, nocturna, sangrienta y escabrosa, y comparte la estética de sus congéneres. Solo tiene algún interés en el debate sobre la narratividad, pero esto es algo que únicamente puede seducir a unos cuantos espíritus interesados.
Brugués no será muy fino, pero no carece de elegancia. Y comparte esa extraña ambigüedad de otras películas cubanas similares: (...) Es más bien lo que se ubica después del humor: el cinismo esperpéntico, el chiste apocalíptico, la risa en el naufragio.
Hay bastante trabajo en el guion de esta película. Es un relato atractivo, inusual y divertido, que abrocha bien las diferentes líneas de conflicto que inventa. Eso sí: envuelve bastante crueldad.
El resultado es esforzado, ingenuo y algo ridículo. No parece que el cine alemán esté dando un salto adelante con esto; más bien, da la impresión de estar comenzando de nuevo.
No hay ninguna innovación en esta película con respecto al género, ni siquiera se percibe el estilo del primer Almodóvar, ya que este proviene de las mismas fuentes.
Bastante imperfecta, demasiado desmadrada, despeinada hasta la crispación. Por supuesto, todo eso hace que no funcione con plenitud, sino a tropezones, con hallazgos y caídas, con fisuras y contramarchas. Pero es De la Iglesia sin lugar a dudas.
Es una cinta en especial sólida, gracias a la coherencia entre su estrategia fílmica -enigmática, siempre inquietante- y los inestables y perturbadores temas que le interesan.
'La recta provincia' representa la ideal combinación de un presupuesto limitado con un vasto potencial creativo mostrado en los cerros de San Felipe. Esta obra solo podría haber sido realizada por la visión única de Ruiz.
Agüero dialoga con los habitantes locales de manera divagante, mientras que Torres Leiva apenas toca esa faceta. Su enfoque se centra más en la conexión del cineasta con el entorno, logrando en estos instantes una curiosa analogía con la dinámica metamorfosis que caracteriza la obra de Agüero.
Maite Alberdi se aventura por caminos riesgosos, lo que le otorga a su cine una perspectiva cautivadora. Es preferible explorar las complejidades de la duda que conformarse con superficialidades.
Las narrativas en 'Ellos vienen por ti' se desarrollan de atrás hacia adelante, lo que puede generar algunas inconsistencias significativas. A pesar de ello, la película evoca la esencia de los melodramas de Hitchcock de la década de 1940.
Esta película de Akin no se destaca por su solidez. Sus debilidades son bastante claras. Sin embargo, presenta una ambigüedad perturbadora al situar la corrección y la incorrección política en un mismo plano moral.
La película comienza con un enfoque sincero, pero alrededor de la hora se torna desoladora. Su desarrollo se vuelve confuso y los últimos mensajes parecen carecer de peso. La esencia original se desvanece y la inocencia pierde su significado.
No se trata precisamente de un homenaje, aunque puede dar esa impresión. En realidad, es un análisis de por qué una forma de arte puede sobrepasar a quienes la crean, llevando sus vidas a una condición casi trágica debido a ella.
Este tipo de fascismo es repugnante, se revuelca en la suciedad con un aire de desprecio, como si el mal mereciera más repudio al estar inmerso en la podredumbre. Al final, la trayectoria de Mel Gibson en el cine quedará en el olvido.