Extraordinario relato de terror que maneja con gran destreza el suspense y las sorpresas, ofreciendo una originalidad que trasciende las referencias habituales.
Profundamente subversiva en torno a los clichés asociados al estado de gestación, esta brillante y bizarra ópera prima ofrece una perspectiva fresca y provocadora que desafía las expectativas del público.
Un estupendo relato, crudo y desgarrador, pero al mismo tiempo profundamente empático que contiene una potente carga de denuncia tanto social como política.
Demasiada reverencia a la nostalgia. Una película conservadora y prefabricada, desprovista de cualquier atisbo de iconoclastia, destinada a contentar a todo el mundo.
La película presenta inconsistencias y confusión, además de una estética que parece desfasada. Sin embargo, la convicción de los personajes infantiles logra aportar un leve atisbo de emoción y aventura.
Para cinéfilos amantes de los experimentos cinematográficos al límite. Quizás, lo más sorprendente sea comprobar cómo, a partir de un presupuesto ínfimo, Villaronga ha conseguido crear una obra de arte.
La película es efectiva cuando el director se enfoca completamente en la historia de supervivencia. No obstante, se desvía al intentar añadir un contexto emocional al personaje.
Salle emprende la tarea de sumergir al espectador en otro viaje apasionante, logrando captar la atención desde el primer momento. La película aumenta su interés al presentar la historia a través de la perspectiva de quienes rodean al protagonista, lo que añade capas y complejidad a la narrativa.
Para aquellos que buscan un cine exótico y con un mensaje profundo, esta película nos sumerge en una cultura rígida e intolerante, utilizando moldes expresivos fluidos y liberadores que desafían los prejuicios.
Es mucho más que una historia de superación y esfuerzo, su trasfondo político es innegable, pero sorprende la delicadeza y sensibilidad con la que están rodadas las escenas de baile.
Una película tan libre como lo son sus protagonistas. Un auténtico ramalazo de frescura, de rabia contenida, de descaro y desobediencia de lo más estimulante.
Una comedia libérrima en todos los sentidos, tumultuosa como tiene que ser, deliciosamente absurda, con su punto justo de nostalgia hacia los personajes y teñida de un encantador surrealismo.
Brillante drama que se presenta como una sinfonía de imágenes vibrantes, guiándonos desde el dolor hacia la esperanza, pasando por la frustración hasta alcanzar la catarsis. La narrativa abarca lo particular y lo universal, abordando el miedo en todas sus manifestaciones.
Un contundente alegato en torno a la supervivencia de las mujeres después de una guerra en el seno de una sociedad patriarcal. Es una película directa, seca y contundente. Un emocionante testimonio.
Película de aliento clásico, se dosifica de forma perfecta el nervio, la tensión y el suspense. Consigue su propósito: que el espectador quede absorto con este sólido relato gracias a su precisión rítmica.
Una fórmula imbatible: desparpajo, insolencia, un cóctel adictivo de referencias pop y una espectacular Jennifer Lopez dispuesta a reclamar su corona de reina latina a base de poderío magnético.
Película de ritmo vibrante que genera una sensación de asfixia en un espacio que se convierte en una ratonera. No recurre a excesos visuales. Lo realmente relevante es la destreza del director para entrelazar las historias.
Una hermosa y humanista historia, cargada de emoción, que gira entorno a la redención a través de la comprensión, el respeto y el amor, y que nos recuerda que la grandeza siempre se esconde en las pequeñas cosas.
La película renuncia a toda épica preconcebida y logra recrear de manera realista y verosímil la tensión de una misión de rescate. La filmación es física y precisa, lo que contribuye a intensificar la experiencia del espectador.
No esconde sus cartas, convirtiéndose en su tramo final en una oda al proselitismo religioso, cumpliendo su función de manera no demasiado ofensiva para ninguna de las partes.