Bella, pero extremadamente revestida de clasicismo. Los cinéfilos que sean fans del trabajo de Enyedi se quedarán preguntándose si su voz idiosincrásica se tomó unas vacaciones durante la realización de esta película.
Gran parte de la silenciosa y emotiva potencia acumulada de la película proviene del hecho de que los espectadores deben conectar los puntos por sí mismos.
Destaca como drama histórico que explora la complejidad de la Alemania del siglo XX. Técnicamente es una maravilla, con una cinematografía impresionante que complementa la narrativa. La banda sonora de Richter es cálida y brillante, elevando aún más la experiencia.
Una tarjeta de presentación para Hollywood visualmente impresionante a manos de Jimenez, que casi consigue compensar las deficiencias estructurales con su asombroso ímpetu directoral.
Es un paseo agradable con el que el cineasta Bergendy y el guionista Kobli arrastran a la audiencia, con posibles giros sobre la lealtad y propósitos insospechados que emergen mientras la acción va y viene.
Más entretenida que divina. Es bastante predecible. Sin embargo, la película se mantiene interesante e incluso ligera, a pesar de la seriedad de su tema.
Limitarse a retratar la superficie glamurosa de sus protagonistas no es suficiente para crear una película. Sobre todo cuando la sátira del libro se ha apagado sin ofrecer ningún tipo de profundidad.
Una película bien interpretada que se descarrila en el tercer acto. Los sucesos que vemos funcionan bien como metáfora, pero no convencen a nivel narrativo ni en cuanto al impacto psicológico que causa en los personajes.
La clase de drama profundamente honesto que parece actual e importante, pero, que bajo una inspección más profunda, se revela como algo bastante vulgar.
Cualquiera que se queje de la falta de realismo o credibilidad no comprende hacia dónde nos lleva Ducornau como espectadores. Esta obra es, a la vez, visualmente rica y llena de sutileza y significado.
Una parábola dura, concisa e impresionante. Fischer y Kuenzel crean una realidad documental que también funciona como alegoría sobre la ambivalencia Occidental respecto a la crisis de refugiados.