Scorsese logra estructurar con maestría el aparente caos de las evocaciones biográficas y los comentarios incisivos de su interlocutora. La edición dinámica revive imágenes de archivo que muestran el antiguo Nueva York de los inmigrantes y la transformación constante del espacio urbano contemporáneo.
El documental de Priscilla y Goifman resulta inquietante debido a su firme oposición a la hegemonía machista que defienden figuras como Jair Bolsonaro y otros líderes similares en el continente, quienes lo hacen con terquedad e histeria.
Sin ser una película abiertamente feminista, el retrato de una mujer autónoma que se presenta es profundamente conmovedor, sin necesidad de caer en el dramatismo ni en el uso de recursos emocionales manipulativos.
Este enfoque humanista de Hamaguchi, enfocado en la evocación poética en lugar de una representación realista, ofrece sorpresas inesperadas. Descifrar estas sorpresas se convierte en un desafío, y compartirlas permite disfrutar de un placer singular.
Esta película icónica de la posnueva ola francesa captura el alma libertaria del movimiento estudiantil de mayo de 1968, al mismo tiempo que se presenta como una observación desilusionada de su fracaso.
El realizador griego no explora con la profundidad que podría un enfoque narrativo más perturbador. Es sorprendente que no haya abordado con mayor intensidad dramática e ironía un tema que ofrece tanto potencial.
Stalker y su Zona son un referente ineludible, gracias a sus sugerencias visionarias y su rico simbolismo. Su impresionante poder visual perdura y sus preguntas siguen siendo relevantes en la actualidad.
El corte final presenta una duración de dos horas y media, ofreciendo, a través de un ritmo fluido y una edición cuidadosa, cuatro relatos morales sobre la lucha de distintos personajes contra los abusos del sistema judicial. Es un admirable ejemplo de determinación artística.
El documentalista Avi Belkin logra capturar la complejidad de su protagonista, un entrevistador que, al ser entrevistado, revela sus debilidades éticas y sus cualidades profesionales. A través de él, se anticipa la llegada de las posverdades en la sociedad contemporánea.
Lo notable de 'American Factory' es su renuencia a tomar partido en ese pintoresco duelo de conquistas culturales, y su apuesta por exponer la explotación laboral que lleva a cabo la empresa china en Estados Unidos.
El director de 'Baran' ofrece un thriller que va más allá de lo convencional. Los personajes infantiles, especialmente Alí, son profundamente complejos, y el entorno social que los rodea está meticulosamente desarrollado.
La película de Alonso Ruizpalacios fomenta un debate necesario en un contexto de gran inseguridad social, sin exagerar los heroísmos ni demonizar a los trabajadores mal remunerados. Su enfoque es sobrio pero demuestra una notable creatividad.
Aproximación correcta, aunque reiterativa, a un tema de violencia sexual y corrupción política que sigue sin tener en el relato de ficción su expresión más eficaz y digna.
El director y el guionista examinan de manera general, aunque sin sutileza, la caída moral del aprendiz que, embriagado por el poder, se entrega a un culto de la vanidad.