La película japonesa 'The boy and the beast' me permite disfrutar de su visual y sonoridad sin experimentar ansiedad, es sumamente correcta pero carece de sorpresas.
Los 70 minutos se me hacen cortos, reconozco en la forma de contar el espíritu de un cine lejano. Es una película que logra lo que se propone y tiene un cierto encanto, además de reflejar amor hacia lo que se está haciendo.
El guion se centra completamente en sus veteranas estrellas, y tiende a ser excesivamente amable y convencional. No es una película criticable, aunque tampoco resulta emocionante. Aunque intenta emplear el humor en numerosas ocasiones, cae en un exceso de suavidad.
Insoportable, una película que parece una tontería con pretensiones, adornada con la etiqueta de indie. Sus personajes, situaciones, diálogos y actuaciones son realmente lamentables.
Lo que relata Mungiu resulta intenso y trágico, aunque en ocasiones se siente denso y agotadoramente repetitivo. Su historia se extiende innecesariamente a 150 minutos, y a partir de la primera hora, el retrato del dolor y el paroxismo se vuelve interminable.
Cuenta con gracia y sutileza la imposible historia de amor entre dos amigos cuarentones y una chica repentinamente huérfana a la que han acogido temporalmente en su casa. En sus mejores momentos, me recuerda al cine de Claude Sautet.
Película con cierto ritmo y en la que ocurren cosas, aunque ni ellas ni los personajes que las viven te provoquen algo más que una mueca de hastío. (...) Y encima tienes que aguantar todo el rato el careto de Stiller haciendo de excéntrico atormentado.
Todo fluye y palpita en esta película magistral, concebida con los medios justos, con enorme talento, con sentido moral. Es normal que la emoción explote con un desenlace tan imprevisible como épico.
Con diálogos brillantes, contundentes e impagables, con personajes imprevisibles que nunca son de una pieza, con situaciones llenas de tensión (...) Es un western raro, pensado y sentido, de los que se recuerda.
Kitano ha creado una obra decepcionante. Muchos intentan justificar lo injustificable y buscar valor donde solo hay vacío. La película se presenta como una serie interminable de tiroteos sin propósito, situaciones absurdas, un conceptualismo pobre, falta de expresión y flashbacks confusos, además de una falsa sugerencia y un simbolismo superficial.
Hurt alcanza el cielo con su maravillosa interpretación de un encarcelado y fabulador homosexual en esta plana adaptación de la excelente novela de Puig.