Consigue entretener a excepción de dos detalles argumentales, es clavada a la anterior, de ahí precisamente el aire de 'monster movie' ochentón que le ha insuflado Heijningen.
El filme resulta impactante, difícilmente digerible, sobre todo, durante el violentísimo y largo tramo final, pero necesario al cabo para entender y masticar tanta barbarie fundamentalista.
La segunda muerte de Lady Di es una película anodina y plana. No ofrece nada sustancial a la historia, la cual conocemos mejor a través de cualquier revista del corazón.
Nueva y potente adaptación de los famosos videojuegos. Todo funciona como un reloj acelerado. Es un filme muy entretenido que sabe mantener todo el tiempo un ritmo endiablado.
Una atmósfera lograda y perfectamente claustrofóbica, imbuida de fatalismo. Lo más destacado es el final, que resulta claustrofóbico, denso, oscuro y muy digno de la trilogía.
Este thriller dramático, a pesar de una potente e inquietante media hora inicial y de varias sólidas interpretaciones, pronto deriva en una historia que se va tornando previsible y en la que sobra algún que otro personaje y trama secundarios.
El filme resulta perturbador tras un arranque violento, la cinta trastabillea un tanto en su metraje intermedio para, durante el último tramo de la misma, levantar la cabeza.
La Fuerza ya no nos acompaña. El principal obstáculo de la película es un guión excesivamente confuso. Sin embargo, la acción es de alta calidad y la producción visual es excelente.
Si prescinden de varios diálogos que tienen delito y alguna que otra escena de acción un tanto discutible desde el punto de vista técnico, les quedará una película entretenida a lo justo pero olvidable.
Naomi Watts siempre ofrece una interpretación impactante, sin importar lo estereotipado que pueda ser el papel. El trabajo de Glendyn Ivin es bienintencionado, pero resulta algo superficial y típicamente televisivo.
Salpicada de algún gag escatológico o políticamente incorrecto, las aguas, sin embargo, nunca llegan a desbordarse en esta entretenida e inofensiva película.
Hay un leve tono de crítica social y mucho chiste con mayor o menor gracia. Sin embargo, carece de profundidad. Por ello, el filme termina en un equilibrio que no logra destacar.