Emily Blunt es la razón principal para ver esta película, ya que su actuación destaca notablemente. Sin embargo, el filme se esfuerza en exceso en crear una atmósfera deprimente, lo que puede desanimar a muchos espectadores.
Una extraordinaria serie de 10 episodios que supera con maestría su mayor desafío: equilibrar el ideal de heroísmo con la violencia y el terror de la batalla.
Quiere ser a la vez un thriller con posibilidades comerciales y pertenecer a uno de los géneros menos vistosos, la película política. Sorprendentemente, este híbrido funciona.
Durante gran parte de la película, Haneke arrastra a los espectadores con la potencia de su estilo visual, evitando la tradicional trampa de contar una historia sobre el aburrimiento sin que esta resulte aburrida.
Crea un retrato cercano que va más allá de los titulares sobre una persona comedida de manera pasional, así como una experta en los medios de comunicación.
[Crítica 6ª temporada, Parte 2]: a medida que se aproxima a su impactante desenlace, lo que solía ser una fuente de alegría no consigue subsanar los graves errores de su temporada final.
La protagonista vive en el siglo XXI como si fuera una mujer de los años 50. La idea resulta caricaturesca, pero el film la aborda con seriedad y realismo, lo que convierte a la película en algo totalmente ridículo.
Este thriller de ciencia ficción destaca por su habilidad y competencia, aunque en última instancia resulta ser excesivamente predecible y convencional.
Intenta ser demasiadas cosas al mismo tiempo: divertida sin ser exagerada; triste a la par que aterradora; una historia de terror y una tragedia humana. Todo resulta muy intenso, sin embargo, no consigue ser ninguna de las experiencias que busca transmitir.
En este caso, el género da pocos síntomas de quedarse anticuado. Los actores aportan fuerza a sus diálogos cuando tienen la oportunidad y permiten que la calidad de la acción se encargue del resto.