La película se siente más tediosa que impactante. La trama deja de lado la historia de la víctima femenina frente a un agresor sexual y se enfoca en la caza, sin generar real interés en su sufrimiento.
La película inicia con un buen desarrollo y se transforma en una historia de viajes por carretera convencional, que explora temas de redención y amor como respuesta al vacío existencial.
Una banda sonora vibrante y un trabajo de cámara desconcertante crean tensión. Es un debut muy logrado de Gregg, interpretado con sutileza y sensibilidad por Riseborough.
No ganará premios por concienciación sobre enfermedades mentales, pero presenta un par de giros absurdos al final que logran mantener el interés del espectador.
Esta cautivadora historia sigue a un hombre que engañó a varias mujeres. El documental, con un enfoque sereno, permite que las víctimas relaten sus experiencias de una manera conmovedora.
Lance Oppenheim adopta un enfoque amable, capturando momentos muy divertidos en su obra. La crítica se presenta sin condescendencia ni malicia, brindando una experiencia auténtica y entretenida.
Como obra cinematográfica bélica creada por un exsoldado, carece de la autenticidad y la autoridad que uno esperaría. Aun así, se presenta como un intento loable de rendir tributo a la resistencia del pueblo ucraniano y al valor de sus ciudadanos.
Una película infantil llena de acción, que también atrae a adultos, ofreciendo un verdadero sentido de aventura. Sin embargo, la animación resulta ser bastante mediocre.