El hecho de que algo sea ficticio no significa que sea menos real. Con su magistral manipulación del tono y la perspectiva, Haynes se asegura de que podamos sentirlo.
Con un actor diferente en el papel principal, la profundidad del amor paternal podría resultar más convincente, permitiendo que la película se disfrute de una manera más sencilla.
Un reboot que carece totalmente de la distinción visual y la personalidad creativa que hicieron que sus predecesoras fueran diamantes en bruto interesantes.
Un intento fallido de crear una franquicia para Henry Golding. Las escenas de acción son poco emocionantes y carecen de la potencia necesaria para cautivar al público más joven.
Las películas de esta naturaleza suelen carecer de rigor formal y de inquietud intelectual; además, los films tan densos a menudo no resultan tan entretenidos.
Es un tipo de horror único, visceral en su enfoque y profundamente psicológico. Aunque la película puede parecer conocida, revela una potencia más peligrosa de lo que inicialmente podríamos imaginar.
Sus problemas radican en aspectos fundamentales como la dirección, las actuaciones y los diálogos, los cuales son fallos más propios del cine en general que de una visión errónea.
Un trabajo excepcionalmente soso. Es raro que un film tan enrevesado consiga ser tan decididamente aburrido. Por suerte, desaparece de tu mente en cuanto termina.
Una extraña propaganda de Warner Bros. Cada uno de los involucrados parece ignorar que, al fijarse en el pasado de la compañía, están perdiendo de vista cualquier futuro que podrían tener.
Peso literal se presenta como una película decepcionante, una más de las tantas propuestas europeas que refuerzan la crítica hacia Netflix, destacando su tendencia a albergar producciones de calidad cuestionable.
Los méritos del museo del asombro de Miller nos mantienen atentos a cada palabra de la narración, lo que revela la calidad de una historia cuidadosamente elaborada.