Es inolvidable. 'Memento' es algo muy diferente. Sus raíces están en el cine negro, pero también se remonta a los clásicos más oscuros. Es una obra extraordinaria.
Sorprendentemente para un musical, la producción fluye bastante bien. Al llegar a los títulos de crédito, uno se sorprende al notar que han transcurrido casi dos horas y media.
Aparte de un título brillantemente conceptual y algo de gore decente, es mejor que veas la versión en tu cabeza. Será infinitamente más divertida y tendrá unos valores de producción notablemente mejorados.
A su manera, es una obra maestra de la imaginación, aunque tiene que apoyarse en sus excelentes interpretaciones para compensar su decepcionante final.
Una irregular comedia con altibajos, con unas pocos golpes escandalosos y un montón de relleno simplemente pasable, que sugiere que la rutina de Sacha Baron de reirse a la cara tristemente ya no funciona.
Entrañable. Un antídoto original contra los estereotipos de las típicas comedias románticas, con un cáustico protagonista asiático-americano de treinta años.
Es un caos y puede resultar tedioso, pero los cuatro protagonistas intentan dar lo mejor de sí con los recursos que poseen. Sin embargo, el guion carece de desarrollo suficiente para respaldar los cambios de tono.
Es siempre respetuosa con la realidad que hay detrás de su ficción, aludiendo a todo el espectro del maltrato doméstico en las historias que se vislumbran indirectamente de las mujeres que pasan por el refugio.
Parte 'giallo', parte thriller erótico, y con dos dosis de Brian De Palma, la película se desarrolla de manera intrigante. Depp deslumbra con una interpretación cargada de sensualidad que capta la atención por completo.
John C. Reilly presenta una comedia entretenida, aunque desigual, que desafía las convenciones del habitual biopic sobre el rock, dejando a la audiencia esperando una explosión que nunca llega.